Capítulo 5

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La brisa fresca de la tarde invadía la ciudad, el ruido de los automotores sobre la avenida así como el sonido de los claxon desenfrenados de los conductores desesperados por el tráfico, ensordecía a los transeúntes, sin embargo, tal situación no afectaba a un joven que caminaba tranquilamente, perdido en el sonido de la música que escuchaba a través de sus audífonos, no hacía caso a todo el ruido que lo rodeaba, ni mucho menos el roce de otros peatones que cruzaban a su paso, simplemente no miraba a nadie, transitaba envuelto en sus pensamiento por todo lo ocurrido en la escuela, lo meditaba en su interior, acompañado en ese momento, por la canción "Grenade" de Bruno Mars.

Como de costumbre, caminaba de regreso de la escuela a su casa, no era larga la distancia, pero a pie no era corta, sin embargo, siempre consideraba ese tiempo como de reflexión, se envolvía en sus pensamientos y llegando a casa, después de hacer sus deberes, escribía, ya sea poemas o canciones, siempre tenía una idea nueva para una creación, simplemente se sentaba en su silla frente a su escritorio, tomaba el lápiz o pluma que tuviera a la mano y lo plasmaba en su libreta, no dejaba que ninguna de sus ideas escapara, era como un registro diario, pero no de vivencias sino de proyectos, después cuando lo necesitaba se regresaba a revisar lo antes escrito y continuaba perfeccionando sus obras.

Llegando a su casa, al abrir la puerta, lo recibió como de costumbre su gata Kira, era un hermoso ejemplar, a pesar de no ser de raza, tenía un color blanco en la mayor parte de su cuerpo, sin embargo su cara y su espalda estaban entintadas de color café, su semblante era todo menos tierno, sus ojos azules hacía que su rostro pareciera salvaje, como esos felinos que viven libres en los documentales. Sin embargo, para Erik era la gata más tierna y dulce del mundo, la levantaba y acariciaba hasta llegar al sofá que se encontraba en la sala, dejaba su mochila a un costado, sobre de ella sus audífonos y se sentaba colocándola sobre sus piernas, mientras el felino ronroneaba complacida.

Después de un rato de tiernas caricias y ronroneos, Erik colocaba a Kira a un costado en el sofá y se levantaba a prepararse de comer, ya era tarde y el estómago se lo había indicado con un gruñido, así que abrió el refrigerador y saco lo primero que se le ocurrió, unas milanesas de pollo que ya se estaban descongelando, algo de arroz precocido y algunas verduras. Saco la sartén para freír el pollo, la colocó en la estufa, mientras se calentaba el aceite, comenzó a lavar las verduras y puso el arroz a calentar en la vaporera eléctrica que estaba junto a los frascos de condimentos. Cuando el aceite se calentó, coloco las milanesas y se recargo en la barra que se encontraba detrás suyo mientras tomaba un vaso con agua; en ese momento miró el reloj, ya eran casi las seis de la tarde y pensó: Mamá no tardará en llegar, creo que mejor hago dos platos para comer juntos, y eso hizo, se acercó a la barra y comenzó a picar las verduras para hacer una ensalada.

Pasaba de las seis cuando oyó que abrieron la puerta de la entrada, pero a diferencia de con Erik, Kira no se movió de su lugar en el sofá, medio volteó a ver quién era y regreso a su sueño profundo.

- Hola Gaby, ¿cómo te fue en el trabajo?, le saludo sonriente.

- ¿Gaby? Cuando me vas a decir mamá de nuevo, muchacho cabezón - le contesto mientras le daba una palmada en la espalda - estuvo algo cansado el día de hoy, pero estoy feliz de que haya terminado.

- Uff – respondió Erik - hubo algún contratiempo, te ves muy cansada – mientras la miraba mover el cuello de un lado al otro.

- Algo así – respondió – a veces los jefes quieren que hagas magia al hacer los trabajos y son poco tolerantes, así que, ya lo sabrás algún día – mientras le tomaba de los hombros y recargaba su cabeza en su espalda - mmm, huele muy rico, hijo.

- ¡Claro que huele rico, yo lo prepare¡ - exclamó sonriente y se sentaron juntos a comer.

El ambiente entre ellos era muy cálido, tanto madre e hijo se amaban y apoyaban mutuamente, así que los momentos juntos eran muy agradables, aunque al principio no siempre fue así.

El Hijo de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora