Capítulo 51

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En la enorme estancia del castillo, Jahzeel observó sorprendido a Dante subir por las escaleras después despedirse, era la primera vez que contestaba educado, por lo que al perderlo de vista se dirigió inmediatamente Abel:

- ¿Qué le pasa al muchacho? – le preguntó interesado por su reacción, puesto que estaba acostumbrado a sus respuestas cortantes e irrespetuosas.

- ¡Nada importante!... creo – dudó en dar su repuesta porque no tenía intención de entrar en detalles con Jahzeel - es solo que fue triste la despedida, ¡eso es todo!

- Tengo que darme prisa en conseguir la respuesta a su problema, ya no debe seguir así – meneo Jahzeel la cabeza preocupado – ¡él no debe estar dependiendo de nadie! mucho menos atado a un humano.

- Eso es lo que él también quiere, ¡por eso se vino! para ayudar en la investigación... está muy interesado en romper el vínculo pronto – le dijo para tranquilizarlo un poco – pero creo que hasta ahora lo ha sabido manejar muy bien, ¡hasta a mí me ha sorprendido!

- ¡Él no existe para eso! y aunque haya sabido manejar las situaciones no debe estar atado a nadie ¿lo entiendes verdad?

- ¡No del todo! pero lo que si tengo claro es que Dante quiere liberar a Erik lo antes posible – a pesar de lo mal que se siente por ello – miro la escalera.

- ¡Me parece excelente! – se acarició la barba Jahzeel – pero aún tengo mis dudas, a veces pienso que fue un error haberlo dejado ir a ese mundo, a lo mejor aquí lo habríamos manejado de otra forma.

- Con todo respeto señor – lo interrumpió inclinándose un poco – creo que no fue un error, su estancia allí fue muy útil y se resolvieron varias situaciones gracias a su presencia, considero que fue parte del proceso de aprendizaje de Dante, porque ... - dijo para sí – hasta yo aprendí cosas nuevas estando en ese lugar, porque no es del todo desagradable.

- También lo he pensado, pero el problema ... – camino pensativo – aun no entiendo del todo sus reacciones, espero que no me causen complicaciones mientras está estudiando – ¡olvídalo! mañana continuaremos con la investigación.

- Entonces, ¿debo regresar a mis antiguas funciones? – preguntó deseando no haberlo hecho porque creía que lo regresarían a realizar su rutina habitual.

- ¡No! sigues a cargo de Dante, no se me ha informado ningún cambio hasta ahora, además... mientras siga atado a ese muchacho humano, necesitamos alguien que este yendo y viniendo para a su mundo, por si algo llega a ocurrir.

- Así que ahora me convertí en mensajero, ¡vaya ascenso! – pensó Abel lo que me ordenen, señor – le contestó educado aunque tal notificación no le había agradado del todo.

- Nos vemos mañana entonces – lo despidió Jahzeel, volviendo a sus actividades al instante.

Al mismo tiempo, Erik se encontraba recargado sobre la ventanilla del auto mientras se dirigía a la casa de su compañero de curso, en su interior la tristeza lo embargaba, le dolía haber tratado a Dante de esa forma, porque aunque sabía en su interior que era necesario para ambos, el solo hecho de pensar que no lo volvería a ver, lo hizo lamentarse por lo que le dijo y quería regresar corriendo al dormitorio para disculparse. Pero se contuvo de hacerlo, se acurrucó sobre el asiento, tratando de cubrirse el rostro para que no notaran que la tristeza comenzaba a desbordarse de sus ojos.

Varios días después, Erik regresó a la Universidad, al entrar al dormitorio y ver que el equipo de cómputo de su compañero ya no estaba sobre su escritorio, inmediatamente abrió el armario y los cajones, al darse cuenta que todo estaba vacío, se desplomó en la cama aturdido, no podía creer lo que veía, a pesar de que se lo había imaginado, quedó impactado al descubrirlo.

El Hijo de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora