Dante se encontraba de pie en el jardín ubicado frente al hospital, solo observaba el edificio enorme lleno de luces encendidas, no tenía idea de cómo acercarse a Erik, ni mucho menos como permanecer cerca de él, nunca tuvieron buena relación, de hecho, en ningún momento cruzaron siquiera una palabra, era algo complicado, y sin embargo ahora estaban unidos, por lo que era una situación difícil de manejar, además, creía que a lo mejor hasta lo odiaba por su actitud en la escuela: - ¡Ahhhh! – renegó mientras se agarraba el cabello con las manos - ¡no tengo idea de lo que voy a hacer!
Mientras continuaba con su conflicto interno, no se dio cuenta de la llegada de un visitante, quien se colocó a su lado y lo observaba sin decir palabra, hasta que lo oyó gritar.
- Si me permite señor - dijo Gabriel - creo que yo puedo ser de ayuda en su problema actual
- ¿En serio? – se le acercó sabiendo que obtendría ayuda en su misión - ¿puedes ayudarme con esto? - lo miro interesado.
- Al parecer si - le indicó - estuve investigando y actualmente el joven que busca está estudiando en la Universidad de Artes, se especializa en música y baile, está cursando el octavo semestre, y para beneficio suyo, está viviendo en los dormitorios de la Universidad, así que podemos iniciar por ahí.
- ¿A qué te refieres? ¿Cuánto tiempo ha transcurrido desde mi partida? – observó atento a su interlocutor.
- Han pasado cinco años – le contestó viendo su muñeca como si esta le hubiera indicado el tiempo transcurrido.
- ¡Wow! no creí que hubiera pasado tanto tiempo, pero bueno, ¿qué me recomiendas hacer? – al fin concluyó.
- Considero que, dadas las circunstancias, tiene que estar cerca para protegerlo y la mejor forma es que viva con él y estudie en la misma escuela para que no sea extraño, así que puedo arreglar que ingrese a la Universidad y se le asigne el mismo dormitorio.
- ¡Espera un segundo! - pregunto sorprendido - ¿Voy a regresar a la escuela? - encogiéndose de hombros.
- Creo que es lo mejor, no veo otra forma de que inicie una nueva relación de compañeros, además de que esa situación no parecerá extraña, podrá estar cerca de él y podrá cumplir su objetivo.
- Me molesta que tengas razón - suspiro - además no creo que tenga más opciones para resolver el problema en el que me he metido, creo que ya es tiempo de hacer una visita al pasado.
Una hora más tarde, Dante se encontraba frente a la casa que alguna vez fue su hogar, por unos segundos la contemplo, sin embargo, contrario a lo que esperaba, estaba en silencio, con casi todas las luces apagadas, en eso se acercó a la puerta y toco el timbre, sonó en varias ocasiones porque nadie atendía, hasta que de pronto se abrió la puerta, entre las sombras pudo ver que la figura que lo recibía era la de una mujer, quien al verlo, soltó el llanto y lo abrazó. Dante no entendía la reacción de Abigail en ese momento, pero también la abrazo, sin corresponderlo sentimentalmente, era todo confuso, pero en ese momento no le prestó atención.
- Disculpa mi reacción - dijo - es solo que me dio gusto verte - mientras se secaba las lágrimas con un pañuelo - creo que ya estoy vieja, pasa por favor.
Entraron a la casa, pero ya no lucía igual, estaba oscura y descuidada, como si no estuviera habitada, el ambiente era frio y sombrío, se sentaron en la sala, entonces fue cuando Dante pudo apreciar lo avejentada que se veía su antigua madre, a pesar de que solo habían transcurrido cinco años desde su partida, se veía apagada y débil, por lo que al inicio hubo un silencio largo, hasta que Abigail pregunto:
- ¿Cómo te ha ido muchacho? ¿Qué has hecho estos años? - mientras se secaba las lágrimas.
- Estudiar - contestó mientras revisaba el lugar en busca de los demás integrantes de la familia.
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El Hijo de la Muerte
Ficción GeneralLa muerte ronda a tu alrededor. ¿Cuantas veces hemos escuchado esta frase? Pero que pasaría sin en vez de llevarte, te mostrará lo que es encontrar el amor de una forma pura y sin restricciones, contradiciendo este mundo lleno de etiquetas y estereo...