Capítulo 64

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Después de que la vacante que dejó Gabriel, Darinka comenzó a verificar entre sus subordinados, quien sería la mejor opción para ocupar su puesto, así que después de ojear las distintas posibilidades, decidió llamar a los posibles candidatos a su presencia. No pasó mucho tiempo después de que tomará su decisión cuando ya tenía en la puerta de su oficina a Deborah y Abel solicitando permiso para ingresar en ella.

A pesar de que Deborah estuvo involucrada en el asunto caótico de hace unos días y la habían tenido recluida sin comunicarse con nadie, al verla Abel a su lado esperando ingresar con su jefa, no le hizo ningún reclamo o señalamiento al respecto, puesto que en las oficinas, salvo los que intervinieron en el asunto, nadie sabía nada de lo ocurrido y las cosas seguían funcionando normalmente. Pero tal situación, tenía a Deborah confundida y a la vez temerosa de solo imaginar el castigo al que se había hecho acreedora por su complicidad con Gabriel.

Al autorizarles el ingreso, ambos entraron a la oficina y saludaron con respeto a su superior, quien de igual forma los saludo y les indicó que se sentarán en las sillas ubicadas frente a ella. Al principio los observo como de costumbre, después de unos segundos se acomodó las gafas y se recargo en su asiento juntando las manos como si estuviera a punto de emitir un ultimatum.

Al verla en esa postura ambos se confundieron, el silencio se hizo eterno, porque aunque estaban en situaciones distintas, sabían que podían recibir una orden no muy grata para ellos y eso los incomodaba. Pero a pesar de ello, seguían sin moverse y sin dejar de observarla esperando que les informara el motivo por el que habían requerido su presencia. Fue entonces que Darinka se puso de pie y comenzó a explicarles el motivo de citación:

- Los he llamado ante mi presencia porque tengo que informales de los cambios que habrá en nuestras filas por motivos de los acontecimientos recientes y tomando en consideración su participación e influencia en los mismos, les serán asignadas nuevas funciones para que a partir de este momento las desempeñen – los miró fijamente a ambos esperando sus reacciones.

- Pero ... - contestó Deborah – no entiendo... ¿no me van a desterrar por lo que hice? – la miró temerosa esperando un castigo ejemplar por lo que hizo.

- Ya que lo preguntas Deborah – se dirigió a ella Darinka – la señora decidió no castigarte por tu participación con Gabriel, porque después de que se analizó lo que realmente hiciste para ayudarlo en su plan – se cruzó de brazos – no fue perjudicial al final para nosotros, así que poniéndolo en una balanza, lo que hiciste resultó benéfico para nosotros.

- Pero ... ¡aunque haya sido así! yo... traicioné su confianza al seguir a alguien que quería perjudicarla – la miro temerosa – ¡no merezco que me permitan seguir aquí! ¡deberían mandarme al infierno! – se cubrió el rostro con las manos ante la mirada atónita de Abel.

- ¡Deborah! – le dijo Darinka mientras le ponía la mano en el hombro – solo fuiste utilizada como otros tantos seres por Gabriel, en tu interior nunca existió la intención de perjudicar a la señora – le levanto el rostro suavemente – simplemente mostraste tu debilidad y la usaron en tu contra.

- ¡No merezco tal consideración! porque creo que.... sigo molesta con los humanos, así que dudo que pueda realizar mi función como lo hacía antes – bajo el rostro apenada por su conducta.

- Respecto a eso – se recargo en la pared – sé que sufriste mucho a causa de los humanos y que te dieron la espalda cuando los necesitaste por motivo de su soberbia, egoísmo e ignorancia. Sin embargo, lamento decirte que Gabriel te mintió respecto a lo que le paso a tus hermanas, las cosas no fueron como te las platicó él.

- ¿A qué te refieres con ello? – preguntó sorprendida de que estuviera enterada de su vida pasada con tanta claridad.

- En ese entonces tus hermanas no corrieron con la misma suerte que tú, ellas sobrevivieron y hasta la fecha su descendencia sigue creciendo, con una línea genética de buenos especialistas en las distintas áreas de la medicina.

El Hijo de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora