Después de su charla intensa con Abel y Jahzeel, Dante paso varios días intranquilo, dándole vueltas al asunto. Ya no se concentraba, su mente estaba envuelta en las distintas posibilidades que existían de que Erik estuviera con alguien más. Así que, sin importarle romper las reglas del castillo, decidió ir en su búsqueda y confirmar personalmente si las cosas estaban normal o había cambios en ellas y por cambios, visualizaba distintos escenarios, en los que en ninguno salía beneficiado.
Por fin, fuera del castillo llegó a la puerta de su anterior dormitorio, por un segundo creyó que sorprendería a Erik y se imaginaba la reacción de su amigo al verlo entrar en la habitación como la última vez. Sin embargo, para su sorpresa, al abrir la puerta de la habitación, por primera vez sintió que el cuerpo se le congelaba al mismo tiempo que le hervía de ira. Frente a él se encontraba Erik abrazado tiernamente por un chico moreno un poco más alto, quien le acariciaba el rostro con ternura hasta antes de su interrupción.
Al verlo entrar en su entorno, ambos se sorprendieron con el visitante, pero al darse cuenta de quién era, Erik le pidió a su acompañante que lo dejara solo para aclarar algunas cosas con el recién llegado. Al principio lo miró con recelo pero después accedió dándole un tierno beso en los labios antes de salir de la habitación, mientras miraba de reojo a Dante como retándolo, quien lo correspondía con toda la intención de atravesarlo con ella.
Al quedarse solos, Dante creyó que recibiría una explicación o por lo menos una justificación de lo que Erik estaba haciendo, pero no fue así, sino que al contrario de lo que se imaginaba, Erik se le acercó y le extendió el brazo. Al principio creyó que le estaba dando la mano, pero su petición lo aturdió, en el momento se apareció el sello que los une y se lo mostró:
- ¿Cómo lo quito? – lo miró Erik indicándole con su otra mano el sello que se reflejaba.
- ¿A qué te refieres? – lo miró dudoso Dante tratando de entender su pregunta - ¿quieres romper el vínculo que nos une? ¿a eso te refieres?
- Sí, quiero que lo quites, ya no quiero estar atado a ti – se volteó tratando de mostrarse indiferente.
- ¿Por qué haces esto? – se le acercó Dante – me prometiste que me esperarías y ahora... ya no quieres tener nada que te una a mí.
- ¡Que esperabas! – se cruzó de brazos Erik – ha pasado más de un año sin saber de ti y después de analizar que a tu lado solo he tenido complicaciones, decidí que no valía la pena esperarte, además... conocí a alguien que forma parte de mi vida ahora, como te habrás dado cuenta, así que... tu sales sobrando – volvió a mostrarle la mano con el símbolo – quítamelo.
- Si eso es lo que quieres, eso haré – en ese momento, con un dolor que no se había imaginado sentir, Dante paso su mano sobre la de Erik y en el acto ambos sellos se eliminaron – ya está.
- Excelente, entonces hasta nunca – en ese momento se abrió la puerta de la habitación e ingreso nuevamente su acompañante quien estrecho a Erik con fuerza entre sus brazos.
Ante tal escenario Dante no pudo resistirse más, el dolor que sentía por perder al ser que amaba se volvió insoportable. Al mismo tiempo su cuerpo comenzó a cubrirse de llamas azules que poco a poco inundaron todo el lugar. Por lo que sin poder evitarlo se expandieron a tal grado que consumieron todo a su paso borrándolo por completo. De pronto escucho una voz a lo lejos que lo llamaba a gritos:
- ¡Dante despierta, si sigues así vas a quemar toda tu habitación! – le grito Abel desde el marco de la puerta, quien al escucharlo se levantó y poco a poco las llamas comenzaron a disminuir hasta que se integraron nuevamente a su cuerpo ante la mirada sorprendida de Abel.
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El Hijo de la Muerte
Ficção GeralLa muerte ronda a tu alrededor. ¿Cuantas veces hemos escuchado esta frase? Pero que pasaría sin en vez de llevarte, te mostrará lo que es encontrar el amor de una forma pura y sin restricciones, contradiciendo este mundo lleno de etiquetas y estereo...