Capítulo 70

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A partir del día de su separación, el tiempo hizo su función como de costumbre y comenzó a transcurrir siguiendo su curso, marcando a su paso los espacios vacíos que Dante dejo al marcharse en el resto de las actividades que a partir de ese día llevaron a cabo sus amigos sin él. Por lo que a consecuencia de ello, en un abrir y cerrar de ojos la graduación se encontraba cada vez más cerca y a pesar de sentirse un poco tristes al ver que tal momento no lo compartirían con Dante, Erik y Max se mantuvieron ocupados hasta entonces, puesto que gracias al talento que demostraron ambos en distintos proyectos que elaboraron, firmaron un contrato con una compañía de entretenimiento que los hizo comenzar a crear material para el lanzamiento de un disco a la par que terminaban sus estudios en la Universidad.

Por otro lado, a pesar de que Dante y Abel creyeron que los días en el castillo serían muy aburridos no lo fueron del todo, porque Jahzeel planeó una forma de mostrarles lo que tenían que aprender, algunas veces leyendo libros y en otras ocasiones los trasladaba directamente a los lugares y se los mostraba para su mayor claridad y entendimiento. Sin embargo no siempre le funcionaba esa técnica, porque ambos estudiantes buscaban cualquier pretexto para romper la rutina y terminaban en alguna discusión interesante o entretenida para ellos, pero que para Jahzeel carecían de total sentido.

Una tarde, al cabo de un rato de leer, Abel se puso de pie y dejo el libro que traía en sus manos, colocándolo en el mueble de donde lo había tomado y luego se sentó pensativo llamando la atención de Dante quien inmediatamente notó su reacción:

- ¿Ahora que estás pensando? – le pregunto Dante sin dejar de leer el libro que traía en las manos.

- Tengo una duda – volteo a verlo Abel – la última vez que estuviste aquí, ¿Cuánto tiempo pasó?

- Bueno, creo que pasaron como cinco años – le contestó Dante sin dejar de leer, porque ya se imaginaba que saldría con alguna cosas para intentar romper su estudio.

- ¿Y cuánto crees que pasé de tiempo hasta que puedas regresar con tus amigos? – lo miró Abel interesado esperando su respuesta, porque sabía que lo perturbaría con ello.

- No lo sé – contestó Dante tajante – eso depende de lo que diga nuestro maestro – mientras hacia un movimiento de cabeza señalando a Jahzeel quien se encontraba frente a ellos a unos metros de distancia envuelto en su lectura.

- Entonces puede pasar mucho tiempo ¿cierto? – sonrió mirando a Jahzeel quien ya lo observaba temiendo que iniciara de nuevo una discusión que los desviara de sus estudios.

- Pues sí, tal vez pase mucho tiempo – contestó Dante tranquilo sin distraerse – ya lo descubriré en su momento.

- Y que vas hacer si Erik no te espera – levantó los hombros Abel – recuerda que para él, el tiempo corre diferente, los años pasan y tal vez, no sé... encuentre a alguien más o peor aún... sea un anciano como ya sabes quién – y señaló burlonamente a Jahzeel quien ya lo miraba molesto.

- ¡No digas tonterías! – le contestó Dante cerrando al momento el libro que traía en las manos, porque aunque sabía que solo se lo decía para molestarlo, tenía razón en sus palabras.

- No son tonterías – se cruzó de brazos Abel – Erik es un hombre atractivo, talentoso y además un excelente tipo, que te hace creer que no va a tener oportunidades de que alguien más se interese por él, además... si lo piensas bien, amor de lejos es amor de p....

- No me estés molestando con eso – lo interrumpió Dante arrojándole el libro que traía en las manos quien al darse cuenta de su reacción se cubrió con las manos para evitar e impacto.

- ¡Porqué te molestas! tengo razón en lo que te digo, porque lo único que sabemos es que está bien, pero solo eso, lo que hace en su día a día o con quien lo hace no lo sabes – le regresó el libro que le aventó de la misma forma – yo solo digo que eres egoísta, porque tú puedes esperar el tiempo que sea necesario, pero él... tiene sus propias necesidades ¿no?

El Hijo de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora