Capítulo 19

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Dante se fue acostumbrando a las emociones que Erik sentía, descubrió que tenía sus sentimientos bien definidos, así que poco a poco comenzó a identificar cada uno de ellos, ya sea porque le preguntaba a Max o porque los buscaba en internet; tomaba nota y llevaba registro para no confundirse. En una libreta los registraba en orden de aparición, relacionaba el sentimiento con el motivo que lo generaba, por ejemplo, si escribía enamorado, excitado o celoso, a un lado escribía Lía, en ternura agregaba gatos, en frustración, ponía canciones por terminar, en amor asentaba interpretación de canciones.

No era una gran lista, casi diario eran los mismos sentimientos, pero algunos llegaron al punto de incomodarlo un poco, porque a pesar de saber lo que sucedía el no estar acostumbrado a sentir hacia que en algunos momentos se sintiera incómodo y se alejaba de todo para poder meditarlos y en su caso controlarlos. Situación que al principio se tornó extraña para Max quien no entendía para nada su actitud, pero no lo cuestionaba lo dejaba irse cuando lo necesitaba.

La situación era diferente cuando estaba solo, porque en algunas ocasiones realmente agradecía que así fuera, tal fue así que en una ocasión, caminaba de regreso a su dormitorio después de estar con un profesor discutiendo sobre una obra literaria que por una extraña razón se sabía de memoria y no se ponían de acuerdo con la opinión que tenían ambos de ella.

Así que se entretuvo por un buen rato, porque para cuando se dio cuenta ya era tarde y el camino se encontraba alumbrado por algunas lámparas, mientras seguía pensando en la discusión previa con su profesor. De pronto se detuvo, sintió que una oleada de calor comenzó a invadirlo, aumentando en segundos su temperatura corporal, entonces comenzó a estremecerse sintiendo que la sangre le hervía y fluía sin control, su ritmo cardiaco se aceleró al igual que su respiración.

Entonces se sentó en cuclillas en el suelo, pasando sus manos a través de su cabello, mientras esperaba a que terminara, pero contrario a eso comenzó a aumentar sintiéndose cada vez más caliente y excitado: -¡Ahora que estás haciendo Erik!

Entonces decidió recostarse en el pasto fresco, cerrando sus ojos para concentrarse en lo que sentía, esperando que la frialdad bajo su espalda le ayudara a disminuir el calor que lo consumía en ese momento. Después de un rato se compuso, era la primera vez que una sensación le duraba más tiempo de lo normal, entonces se levantó y le marco por teléfono a Max.

- ¿Que pasa Dante? - le contestaron al otro lado de la línea.

- ¿De casualidad sabes donde esta Erik en este momento? le preguntó mientras trataba de reponerse.

- Si no está a estas horas en su dormitorio – le contestó casi burlándose - de seguro está besuqueándose con Lía o haciendo ... ya sabes qué... creo que va a llegar tarde, no lo esperes - y le colgó.

Al terminar la llamada, Dante se quedó pensativo por unos segundos - ¿Besándose? ¿Qué será eso? ¡Cómo voy a saber qué es eso! - pero no se quedó con la duda; inmediatamente busco en su celular imágenes y videos sobre el tema, mientras las observaba lo recordó: - ¿así que eso es besarse? Ahora comprendo, sabía que esa emoción me resultaba familiar, ya la había sentido antes, pero no le preste atención en ese momento, fue el primer sentimiento que percibí, pero este nivel es diferente, aquella vez no se sintió tan invasivo, ¿que será entonces? Y siguió buscando hasta que o descubrió – acabo de descubrir algo nuevo hoy.

Se sentó sobre el pasto, coloco sus manos sobre su cabeza y se recostó, cerró los ojos, entendió que de alguna forma tenía que aprender a controlarlo para que no lo tomará por sorpresa cada vez que sucediera, porque eran más intensos y duraban más tiempo. Mientras divagaba en sus pensamientos, una imagen lo invadió, el recuerdo del rostro de Erik en el fondo del agua, el contacto con sus labios, su mirada intensa y lo que en ese momento sintió, ese era uno de los sentimientos más fuertes que había sentido hasta ese momento, a pesar de que solo duro unos segundos.

El Hijo de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora