Capítulo 41

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El espíritu entro en la habitación, se detuvo al ver a su señor de espaldas, no sabía si era indicado interrumpirlo en ese momento, sin embargo al sentirlo se giraron hacia él y fue entonces que tomó forma. La sombra que lo cubría desapareció y revelo a una figura aparentemente humana, pero no había nada de humano en él, su cuerpo estaba cubierta con una corteza marrón, con hojas y flores que lo adornaban, pero a pesar de verse fresco y lleno de vida, su semblante era todo lo contrario, era recio, serio y de una voz ronca y fría:

- Estoy de vuelta de señor – se inclinó saludándolo cortésmente.

- Bienvenido Eren, ¿cómo vas con lo que te encomendé? – volviéndose hacia él para recibirlo.

- Muy bien señor – se incorporó – las cosas están saliendo tal y como me ordenó, los espíritus de la tierra se están reuniendo para manifestarse en contra del Dios de la Tierra, lo están haciendo de tal forma, que, aunque parece que se ocultan en secreto, están permitiendo que algunas de sus conductas sean observadas.

- ¡Perfecto! – exclamó satisfecho – ya estaba deseando escuchar buenas noticias, últimamente solo han sido contratiempos – recordando su encuentro con Deborah.

- Además – siguió motivado – ya hemos logrado llamar la atención de algunos dioses, quienes están centrándose para, según ellos, llegar a un acuerdo para solucionarlo.

- ¡Muy bien! eso es lo principal, tenemos que concentrar su atención en eso, para que no intervengan o se enteren de nuestro plan principal, sino hasta que no tengan mucho que hacer al respecto.

- ¿Se refiere a la importancia de ese chico en todo el asunto? – le preguntó aun intrigado por el interés que mostraba hacia Dante.

- Sí – le recalcó - por ningún motivo deben darse cuenta de que ese muchacho es necesario para poder llevar a cabo nuestro plan, debemos impedir que pongan sus ojos en él, hay que ser muy cuidadosos en ello – le hizo incapié en ese detalle para que no lo descuidara en el proceso.

- No se preocupe por ello – lo tranquilizó - la vigilancia sobre él la hemos manejado sin hacerlo notorio, sólo estamos cerca para ver cómo se desarrolla viviendo con entre los humanos – medito unos segundos – no creo que se haya dado cuenta de nuestra presencia, sabemos camuflarnos muy bien.

- ¡Eso es importante! – le indicó al ver que se estaban haciendo las cosas como las había ordenado - no se le acerquen mucho, porque tampoco sería conveniente que se diera cuenta de ello, porque si los nota e indaga con su maestro, daríamos una alerta y serían capaces de volver a remitirlo algún lugar protegido y eso sería un grave problema para nosotros.

- Disculpe mi ignorancia, señor – inclinándose en el momento – aún no me queda claro, porque es importante que se mantenga entre los humanos – meneo la cabeza tratando de entenderlo.

- No es que me interese que esté cerca de los humanos, sino más bien cerca del humano que lo tiene atado – tratando de explicarle - porque gracias a ello, va a llegar un momento que ese muchacho problemático, va a convencerse, de que los sentimientos que experimenta son propios y eso facilitará que lo podamos manipular a nuestro antojo y así podamos usarlo para obtener el resultado que deseamos – junto las manos sonriendo para sí.

- ¡Así será señor! porque por lo que me han informado, el muchacho está muy apegado con su vínculo, lo protege y defiende de todo, están muy unidos – puntualizó – no hay nada que no haría por él.

- ¡De eso se trata! – se colocó la mano a la barbilla - aunque voy a confesarte que al principio creí que se enfadaría de la vida humana y haría lo necesario para regresar a las comodidades a las que estaba acostumbrado, pero para mi sorpresa y beneficio, no fue así, decidió quedarse a su lado y descubrir la solución para resolver su problema – suspiró – y que bueno que lo hizo así, porque si hubiera terminado con su lazo, con la única opción que tenía, no estaríamos teniendo esta charla ahora.

El Hijo de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora