El Hijo de la Muerte

Capítulo 52

A pesar de que los días transcurrían como de costumbre para el resto de sus compañeros, para Erik no era así, pero a pesar de sentirse triste, sin animo y a veces hasta decepcionado de sí mismo, lograron terminar su proyecto, que a pesar de los contratiempos causados en mayor parte por sus distracciones, lo concluyeron con buenos resultados. Así que el grupo de trabajo decidió irse a tomar a un bar para festejarlo y relajarse después de todo el estrés sufrido.

Ya estando en el lugar se dispusieron a beber, Erik casi no hablaba, por alguna razón comenzó a extrañar sus reuniones nocturnas con Dante y Max. De pronto se sintió sofocado, porque hasta ese momento no le había compartido a Max lo que había hecho y comenzó a sentirse culpable, porque no tenía idea de cómo lo enfrentaría cuando volviera a verlo, por lo que sin darse cuenta comenzó a beber excediéndose al hacerlo.

En la madrugada se despidieron todos y salieron del lugar, Erik abordó un taxi de regresó a la Universidad, cuando se bajó en la entrada, se quedó parado unos instantes para mantener el equilibrio, estaba tan ebrio que caminaba arrastrando los pies y tambaleándose de un lado al otro con el riesgo de caer al suelo en cualquier instante.

Entonces se detuvo, saco su celular de la bolsa de su pantalón, seleccionó el contacto de Dante y marcó su número: -¿dónde estás? ¿por qué no enciendes tu celular?- y se agarró el cabello con las manos mientras seguía tratando de mantener el equilibrio y no caer en ese lugar – ¡te extraño mucho!

Entonces se decidió y cambio de contacto busco el de su amigo Max, marco y espero a que le contestaran, de pronto escucho una voz conocida pero adormilada del otro lado de la bocina:

- ¿Que pasó Erik? ¿por qué marcas a esta hora de la madrugada? – creyendo que solo se tratara de una broma de su amigo y lo dejara volver a dormir en el acto.

- Yo ... cometí un grave error – se escuchaba con una voz ahogada y triste – hice que Dante se fuera y ahora no sé qué hacer – se dejó caer en el suelo.

- ¡Que dijiste! – se le quito a Max el sueño de inmediato – no te entiendo, ¡cómo que hiciste que Dante se fuera¡ espera un segundo... ¿estas borracho? ¿dónde estás? – lo bombardeo con tantas preguntas que no sabía si serían contestadas, aumentando su tono de preocupación.

- ¡Soy un estúpido! ¡un gran estúpido¡ - solo se maldecía sin poner atención a las preguntas que le hacía su amigo por el otro lado de la línea.

- ¡Concéntrate Erik! ¿por lo menos dime dónde estás? – se escuchaba angustiado al no saber en qué condiciones y en donde se encontraba su amigo en ese momento.

- ¡No importa! – le contestaron mientras colgaba la llamada en el momento y guardaba su celular nuevamente en su bolsa.

Al darse cuenta que le colgaron la llamada sin motivo, Max comenzó a marcarle sin recibir respuesta, entonces realmente se preocupó y trato de localizar a Dante, pero el número al que marcaba estaba apagado o fuera del área de servicio, por lo que al escuchar esta respuesta, entendió las palabras de Erik y se preocupó más, porque a pesar de que no entendía del todo lo que había sucedido, sabía que en esos momentos su amigo no solo estaba triste y confundido sino que además estaba solo.

Mientras tanto Erik tambaleándose y casi subiendo a rastras las escaleras llego a su dormitorio, al entrar y cerrar la puerta se dio cuenta que no estaba solo, porque fue recibido con un cálido abrazo, trató de comprobar de quien se trataba pero no le dieron oportunidad, porque seguido de ello comenzaron a besarlo empujándolo levemente hacia su cama hasta terminar acostados sobre ella.

A la mañana siguiente cerca del mediodía, Max irrumpió en la habitación de Erik, estaba tan preocupado que viajo de inmediato en su auxilio, así que no le importó entrar de esa forma y sorprenderlo, sin embargo para su sorpresa, el que recibió el impacto fue él, al encontrar a su amigo acostado en la misma cama que Lía, por lo que sin poder evitarlo se molestó a tal grado que comenzó a hablar levantando la voz: