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Abro los ojos y lo primero que veo es su rostro, demonios, la vergüenza se apodera de mi rostro y mi mente en un santiamén, recuerdo lo sucedido la noche anterior, me acosté con él, joder, joder, joder, ¡Qué hice! Lo veo, todavía sigue apacible, dormido, pero eso no quitaba el hecho de mis acciones de ayer, me había dejado conducir por sus deseos y por supuesto por los míos, demonios.

Se supone que es mi jefe, mi estúpido jefe, no debería de estar ahora mismo aquí, recostado y desnudo junto a él, aunque debo admitir que lo había disfrutado y tal vez eso fue demasiado, ahora ¿qué debo hacer? Jamás me había sentido así de nervioso y con muchas cuestiones en mi cabeza, pero era obvio que me sentiría así, acababa de tener relaciones sexuales con uno de los empresarios más exitosos de Corea, ¿qué haré?

Me remuevo intentando alejarme un poco a de él, pero siento como algo aprieta mi cintura, cierro los ojos con fuerza, ¿en verdad me está abrazando? Espero que no pueda comprobarlo, aunque supongo es así, tomo la orilla de la sabana para comprobar si él me está abrazando y no tardó mucho en hacerlo, en cuanto veo su mano sobre mí es cuando caigo en la cuenta de que él ni siquiera me dejará ir ahora mismo, trago grueso y cuando vuelvo a regresar mi rostro para ver su cara, me exalto al verlo despierto.

—J-jimin —él me sonríe, siento como acaricia mi piel desnuda, su mano hace leves círculos en mi cintura, despacio y sin prisa alguna, y me sigue mirando.

—¿Qué pasa? Pareciera que has visto a la pesadilla de tu infancia hacerse realidad —otra vez me sentía tenso, pero creo que mucho más tenso que ayer, suelto un suspiro y dejo caer mi cabeza en la almohada, él ni siquiera aparta su mirada de mí—. ¿Qué tal dormiste?

—Bien... —respondo y le regalo una sonrisa, él sigue acariciando mi cintura con cuidado, como si fuese a romperme si es que me aprieta con brusquedad, me pregunto, sí acaso él es igual siempre—, ¿qué hay de ti?

—Bien, gatito —de nuevo ese apodo, esté hombre parece que no quiere dejar de decirme de ese modo, me acostumbraré, al menos no es algo grosero, y eso es bueno—, ¿tienes hambre?

Lo observo moverse, recarga su codo sobre su almohada para después recargar su cabeza sobre su mano y mirarme, demonios, odio que este de ese modo, sus ojos me indican que quiere saber mi respuesta de inmediato.

—Un poco —menciono y él jala mi cuerpo con su mano que se encuentra en mi cintura, abro mis ojos en grande al sentir aquello, cuando menos me lo espero, él está entre mis piernas, y yo debajo de su pecho, mi respiración se acelera al igual que mis latidos, demonios, dejo salir una risa nerviosa y él me sonríe, Jimin tiene un enorme lado coqueto que saca de vez en cuando, lo he notado, la mayor parte del tiempo esta con un semblante muy serio.

—¿Nervioso? —me pregunta de forma divertida, pero todo mi ser esta gritando, demonios, estoy sumamente nervioso, más que eso, siento que voy a explotar en cualquier momento, y esté chico es el causante de mis nervios—. Te he dicho que debes relajarte, no hay nada que pueda hacer que te haga daño.

No, no, ¡demonios, Park Jimin!

—Y-yo —no puedo terminar porque él acercar su rostro al mío, pero se detiene a una distancia prudente, no creo que quiera hacerlo de nuevo, por favor, no lo haría—, Jimin... —está mirando mis labios y yo lo distraigo, será un punto para mí, no quiero hacerlo otra vez, es demasiado pronto, y ese chico pareciera ser que quiere tenerme como su primer bocado del día—, ¿qué hay de comer?

Levanta las cejas al escuchar mi pregunta, trago saliva, ¿acabo de hacer una pregunta incorrecta? Espero que no sea así, porque definitivamente no sé lo que me haría si es que digo algo que no le parece, aunque ni siquiera he firmado ese contrato tan especial que todavía sigue en mi departamento, sólo espero que Mina no tenga curiosidad en leerlo de nuevo, aunque dudo mucho que lo haga, ha de estar con nuestros padres ayudando en la cafetería.

—¿Estás evitándome? —dejo mis pensamientos de lado para mirarlo, niego con la cabeza, pero es que en verdad quiero evitar que quiera que me acueste con él de nuevo, no estoy preparado, no ahora, necesito un descanso y si es posible una enorme hamburguesa con queso, porque tengo hambre, pero también quiero evitar un poco todo esto, escucho su risa que hace que la tensión en mis hombros baje un poco—. Jamás creí que algo así me pasaría, usualmente nadie se niega a otra ronda.

Relamo mis labios al escucharlo.

—Yo no soy la mayoría de personas —respondo, aunque hubiese querido que esa respuesta quedase en mi cabeza.

—Lo sé —recarga su peso para llevar una de sus manos a mi rostro y apartar un poco los cabellos de mi frente—, me gusta que no lo seas, Min Yoongi —puedo respirar con tranquilidad, pero no con su cuerpo tan cerca del mío—, ahora, iré a pedir comida, ¿algo en especial?

¿En verdad es así con todos?

—Sí —él dio un asentimiento esperando a que prosiguiera—, me encantaría una hamburguesa —Jimin deja por fin mi espacio personal para sentarse en la cama.

—Está bien —responde sin más, lo veo recoger una prenda de ropa del suelo, creo que son sus boxers, y luego lo veo colocarse el pantalón, camina fuera de la cama, descalzo y sin camisa, sus cabellos están revueltos y él lleva su mano para sacudirlos un poco más y va a la puerta—, ¿quieres que te traiga ropa limpia?

—No quiero molestar.

—No molestas, cariño —¿él acaba de...? Entreabro mis labios no pudiendo creer el nuevo sobrenombre cariñoso, joder—, mandaré a que traigan ropa nueva para ti, no salgas, a menos que quieras darte una ducha primero.

Sin esperar a que siquiera le conteste, el sigue su camino, toma la manija de la puerta y la abre, me da un último vistazo, me regala una sonrisa —una demasiado dulce para ser verdad—, y vuelve a cerrar la puerta como si nada hubiera pasado. Suelto un suspiro y me dejo caer de nuevo en la cama, demonios, ¿en verdad él acaba de hacer todo eso? Sonrió como un idiota en mi soledad.

Quizás Mina tenía razón y este chico, me tendría en una cama de rosas, aunque tengo el presentimiento de que esto no puede ser tan real como lo creo, quizás estoy teniendo expectativas demasiado altas sobre él, y, a decir verdad, las tengo, no quiero terminar por decepcionarme después de un rato, y espero que no sea así.

Jimin en el trabajo se comporta como todo un capataz, inclusive he llegado a escuchar que muchos le tienen miedo porque saben que es un maldito a la hora de dar una orden y que esta no sea cumplida al pie de la letra, pero ahora que estoy con él, parece ser una persona más tranquila, aunque no sé si este comportamiento sea una faceta que pocas veces él saca a la luz, pero es una faceta sumamente encantadora.

Me envuelvo en las sabanas, su perfume está en la cama y me encanta, sonrió mientras cierro mis ojos por unos segundos, estoy algo cansado, pero había valido la pena después de todo.

Tied To Your Orders ||JimSu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora