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El restaurante ocupaba casi toda la planta baja, claro a excepción de la recepción, no tardamos en entrar, Jimin había dado su nombre a la mujer que se encargaba de recibir a los comensales, y de inmediato nos llevó directamente hacia una de las mesas, justo la que se encontraba en medio del restaurante, el sonido de los cubiertos chocando con los platos de cerámica se podía escuchar por todo el lugar, al igual que las conversaciones a nuestro alrededor, risas cortas y muchas conversación ininteligibles para mí.

La mesa era para nueve personas, Jimin me había mencionado con anterioridad que vendrían siete personas, y que dos de ellas eran las más importantes, en la mesa, solamente había dos personas que estaban hablando allí mismo.

—Caballeros —hablo Jimin antes de que siquiera nos acercásemos totalmente a la mesa—, veo que han comenzado con el postre sin mí.

—¡Park Jimin! —hablo un hombre de al parecer treinta años, vestía ropas casuales, a excepción de sus pantalones los cuales se notaba mucho que eran de vestir, llevaba una camisa de color negro y no traía corbata alguna, aunque apuesto a que ansiaba una, el hombre se levantó y fue directo hacia Jimin para estrecharlo en un abrazo, cosa que me hizo sonreír, parecía que no se habían visto en mucho tiempo—. ¡No te esperaba! Usualmente Namjoon es quien viene a las reuniones por ti.

—Lo sé, Minki —dijo Jimin mientras sonreía, para después mirar detrás suyo y verme—, permítame presentarle a mi empleado y por supuesto diseñador de interiores, Min Yoongi.

El hombre de inmediato se percató de mi presencia, no pude evitar dar una reverencia.

—Mucho gusto —dije, pero aquel hombre se me acerco para estirar su mano, haciendo que yo hiciera lo mismo, estrechándolas.

—Un gusto, joven Min, soy Hwan Minki, socio de las ventas en el extranjero de la empresa.

—Así que ¿tú eres ese tal Min Yoongi? —una cuarta voz se hizo presente, y allí fue cuando todos miramos hacia la mesa, allí sentado se encontraba un chico, y demonios, no pude evitar sentirme impresionado al verlo.

Es que demonios, ese hombre era sumamente atractivo, tenía los labios gruesos, una piel sumamente radiante, sus cejas eran levemente pobladas, su cabello estaba peinado hacia atrás permitiendo ver su rostro por completo y su mirada estaba totalmente enfocada en mí, demonios.

—Jimin ha estado hablado muchas cosas de ti, de hecho, por eso estamos aquí —menciono aquel hombre, vestía unos pantalones de mezclilla blancos, y tenía puesta una camisa de color blanco con un bordado del lado derecho, era un ave pequeña.

—Yoongi, él es Kim Seokjin —demonios, ¿era él a quien debía de impresionar con mis palabras? Definitivamente no creí que tendría que impresionar a alguien que parece no le impresiona nada.

—Un placer conocerlo —dije de inmediato y aquel de nombre Seokjin, dejo de mirarme para sonreír ladino.

—El placer es todo mío, aunque —me miro de pies a cabeza—, esperaba a un tipo mucho más impresionante —al parecer todos en esta empresa eran unos malditos arrogantes, ¡maldita sea! Escuche como reía levemente—. Aunque supongo que lo eres, ya que Jimin ha aprobado todas tus ideas.

—Lo es —respondió Jimin por mí, demonios, esto sería de lo peor.

—¿Desde cuándo se considera puntual llegar antes de tiempo? —todos dirigimos nuestras miradas hacia aquella voz.

—¡Taehwa! —dijo Seokjin mientras sonreía—. No llegamos temprano, tú llegas impuntual como siempre.

Kang Taehwa, era uno de los socios de Jimin, se encargaba de ver el mantenimiento de los automóviles, ese hombre sabía todo acerca de la fabricación de los vehículos, en cuanto él llegó, decidimos tomar asiento, me senté al lado de Jimin, mientras que aquel de nombre Taehwa se sentaba frente a Jimin, Minki seguía ocupando su sitio al lado de Seokjin. Después de aquello había llegado otro chico, uno que inclusive se veía muy joven, de nombre Kim Kuyng, quien venía en representación de su padre, Kim Jungkwang, quien no iba a poder estar presente por motivos de fuerza mayor, al parecer el hombre sufría por sus extremos enojos constantes al llevar el cargo como inspector en la empresa, se enojaba constantemente, o eso fue lo que dijo Kuyng, y de hecho su padre había ido al médico para checarse el corazón.

Tied To Your Orders ||JimSu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora