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Mi corazón no dejaba que mi concentración estuviera al cien por ciento en estos momentos, y mucho menos porque sabía que en menos de una hora sería mi pequeño encuentro con Park Jimin, demonios, estaba emocionado por lo que podría llegar a pasar, ni siquiera mi imaginación era suficiente para hacerme dar una idea de lo que podría acontecer entre él y yo.

Camine nervioso y a pasos un poco torpes hacia el ascensor para poder llamarlo y así salirme del edificio, los latidos de mi corazón no dejaban de fastidiar en mis oídos, como si quisieran que supiera que me encontraba en un estado sumamente inconveniente para mi salud mental, demonios, el maldito ascensor se digno a abrir las puertas, para mi fortuna, las dos personas que estaban adentro, decidieron salir del aparato, estaba solo, y eso era bueno para mi nerviosismo.

No quería que nadie más notase el estado en el que me encontraba, no dude en entrar en cuanto aquellas personas dejaron el ascensor las puertas se cerraron, dejándome solo, acerque mi mano al tablero de botones, y oprimí el de la planta baja, fue entonces que el ascensor comenzó a descender mientras que yo soltaba un largo suspiro.

Me encontraba sumamente nervioso, ante todo.

Tanto era mi nerviosismo, que inclusive sentí que me daba un maldito paro cardiaco cuando mi teléfono celular comenzó a sonar, maldije por lo bajo al maldito aparato y lleve mi mano derecha hacia el bolsillo del pantalón que le correspondía para sacar el bendito celular, mire la pantalla y mi ceño se frunció, ¿por qué Jimin me estaba llamando cuando me dio instrucciones especificas? Rodé los ojos y después de un par de timbrazos más, decidí contestar.

—¿Sí? —hable de mala gana.

—Estoy afuera del edificio —menciono Jimin—, cambio de planes, nos iremos juntos.

Lo que me faltaba, este hombre me tiene siempre al filo de la cornisa y no se percata de eso, además de que también estaba el hecho de sus repentinos cambios de planes, también por lo que podía apreciar no se daba ni siquiera cuenta de que con sólo sus ultimas palabras que me dijo me había hecho sentir sumamente intrigado y con miedo por saber lo que podría hacerme. A veces Jimin parecía ser más ciego de lo que creí.

—Puedo llegar solo, no es necesario que me lleves.

—Lo sé —dijo—, pero me temo que no puedo permitirme dejarte ir solo.

—¿Por qué lo dices? —fruncí mi ceño—. Escucha, sé llegar, no es necesario que me lleves, de todas formas, me dijiste que te esperará allá, ¿por qué de repente tu...?

Me interrumpió.

—Tienes visita —su voz salió severa, como si no le gustase lo que estuviera viendo.

—¿Visita? —pregunte, y él soltó una risa seca y sin gracia.

—Gatito, ¿por qué no le dices a ese amigo tuyo que eres mío? —entreabrí mis labios al escuchar sus palabras, no dije nada por lo que él continuo—. Parece que viene por ti —soltó un resoplido—, ¿acaso quedaron en verse?

—No —respondí—, y no sé de quien demonios hablas.

—No me mientas —maldición, mordí mi lengua en el interior de mi boca—, escúchame bien, gatito, será mejor que le digas a ese idiota que se aleje de ti, o serás tu quien reciba un buen castigo.

—Él no es un idiota —escuche como una pequeña risa salía por los labios de Jimin.

—¿No que no sabías de quién hablaba?

¡Santa mierda!

Abrí mis ojos en grande, demonios, no debí abrir la maldita boca, sí, sabía de quien hablaba, Taehyung estaba allí, lo sabía porque él inclusive quería verme, aunque él también sabía que debía llamarme para quedar de acuerdo en vernos, pero sólo se trataba de un amigo, nada más, aunque claro... a Jimin no le gustaba en lo absoluto.

Tied To Your Orders ||JimSu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora