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La cabaña era más grande de lo que aparentaba, me parecía algo ostentosa, inclusive me hacía pensar que era mucho más grande que el departamento en donde Mina y yo vivimos, la parte de enfrente tenía una puerta en madera con detalles tallados de flores, estaba al ras del suelo, por lo que no debíamos usar escaleras para dirigirnos a la entrada principal, era solamente la planta baja, pero se veía reconfortante.

Mire detrás de mí, el lago estaba apacible, se podía apreciar el brillo de sus aguas azules cristalinas, es un lugar demasiado hermoso, a decir verdad, me encanta.

—La comida nos espera, Yoongi —sentí como jalaban levemente mi mano, miré a Jimin quien me observaba con esos ojos brillantes—, hay que comer algo.

—Debes venir aquí seguido —comente—, yo lo haría.

—En ese caso te traeré más seguido —no evite apartar la mirada debido a la vergüenza— ven, he pedido unos cortes de carne y vegetales al vapor, ¿te gustan?

—Todo lo que sea comestible me gusta —él da un asentimiento ante mi respuesta y ambos caminamos, tomados de la mano hacia la puerta, Jimin suelta mi mano para dirigir la suya al bolsillo de su pantalón y sacar un juego de llaves que tintinean en cuanto las saca.

Se acerca más a la puerta y se dispone a abrirla, la puerta rechina en cuanto es empujada hacia el frente, y Jimin me hace la invitación para que entre, no dudo en hacerlo, a pasos pequeños entro a la cabaña, el piso simula que es de madera de caoba, las paredes están pintadas de blanco, y hay varios retratos de los familiares de Jimin en las paredes, la estancia es lo primero que ven mis ojos, una alfombra perfectamente colocada en medio con una mesa de centro de cristal en medio de esta misma, y un sillón grande además de un televisor de unas cuarenta pulgadas en frente de este, de allí hay una pared, y del otro lado está la cocina, puedo verla debido a la abertura en medio en la pared que te da la vista a la cocina, mis ojos viajan del otro lado, hay otra puerta, está cerrada, no puedo saber lo que hay allí dentro.

—Allá es el dormitorio —contesto Jimin, gire mi rostro para verlo.

—¿Siempre lo mantienes cerrado? —él deja de mirarme para ver la puerta cerrada.

—Tengo cosas privadas allí —dijo—, ¿quieres ver?

—Entonces no deben de ser tan privadas —él sonríe por mi comentario.

—Lo son, pero, hay ciertas personas que pueden tener acceso a mi privacidad —camina en dirección a la puerta, mientras escucho la puerta de la entrada principal cerrándose detrás, y es entonces cuando de nuevo él toma el juego de llaves y con una de ellas, abre la puerta, no creí que el dormitorio fuese tan privado como para que él tuviera que cerrar la puerta con tanta seguridad—, lo he acondicionado a mis gustos.

Trago grueso al escuchar eso, veo como me mira de reojo, antes de abrir la puerta, mis ojos no pueden concentrarse en su mirada, la puerta rechina levemente mientras se abre por completo, mis ojos se abren al ver lo que hay dentro, camino un paso hacia atrás, la habitación es de otro color, un vino muy intenso, la cama tiene un estilo victoriano, con esos cuatro postes que llegan casi hasta el techo, tiene cortinas negras en cada poste, las almohadas don blancas y las sabanas negras, en la mesita de noche hay una esposas, y hay un armario enorme del lado izquierdo, el cual es el único que puedo ver desde mi ángulo, no sé qué hay en el lado derecho.

—¿Q-qué hay dentro? —siento que mi voz se pierde en esa pregunta.

—Látigos —se sincera, y sólo me hace mirarlo—, fustas, lazos —sonríe para luego mirarme—, a veces es aburrido estar aquí sin mis juguetes —trago en seco para luego soltar un resoplido, estoy realmente sorprendido.

Tied To Your Orders ||JimSu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora