Tied To Your Orders ||JimSu||

04

Mis dedos seguían un constante tamborileo sobre la mesa mientras me encargaba de mentalmente prepararme para no recibir la bendita llamada que tanto he estado esperando, llevo dos días esperando, esto es ridículo, mi mente no ha dejado de divagar en lo ocurrido el día de la entrevista de trabajo, pero sobretodo no dejaba de pensar en aquel hombre, en cómo me había ignorado frente a su compañero de trabajo.

Por más que no quise hacerlo, las ganas de investigar sobre él se hicieron presentes, y me quede solamente un poco sorprendido, es uno de los Park, próximo dueño de la empresa de su padre, Park Jaemin, y por supuesto el único hijo, ni siquiera lo pude creer, es decir, ni siquiera conocía del todo a los familiares, no es como si me gustase espiar la vida de las personas multimillonarias, nunca ha estado en mis planes ser así.

—Hermano, ¿nervioso por la respuesta que te darán? —Mina apareció frente a mí, vestía un gran abrigo de color café y sus cabellos eran un desastre, casi al igual que un árbol sin ser podado—. Deberías ver tu cara, mamá dice que te ha visto distraído en estos días, ¿es por el trabajo?

—Sí, y... —deje de hablar, no podía decirle lo que había acontecido en aquel momento, no estaba listo de siquiera asimilarlo por completo, el suceso había sido sumamente extraño, primero me aparezco en las oficinas de la empresa de automóviles más vendidos en Corea, me sentía como una fiera a punto de conquistar, y por supuesto mi valor se fue por completo con lo sucedido en el elevador, ¡demonios, Min Yoongi! Debía olvidarme de esos feroces ojos y de esa sonrisa tan seductora—, creo que necesito pastillas para dormir.

Mina soltó una risa al escucharme decir lo último.

—Debes de mantenerte más tranquilo, Yoongi —se encogió de hombros—, fue una de tantas entrevistas de trabajo, además puede que te acepten, descuida, casi siempre no llaman a la primera oportunidad, debes tomar en cuenta de que no fuiste solamente tú, quien estaba buscando trabajo como diseñador de interiores del nuevo edificio.

—Sé que no soy solamente yo en el mundo, Mina —respondí, relamí mis labios con la punta de mi lengua—, pero...

—¿Pero? —sus cejas se alzaron, esperando a mi respuesta.

—Tuve —tragué grueso, demonios, por unos momentos sentí que debía desabotonar el botón de mi camisa para liberar mi cuello—, tuve un problema, bueno no es un problema como tal, pero pienso que lo es...

Ella frunció levemente el entrecejo, debe pensar que estoy loco.

—¿Qué clase de problema?

Y le dije todo, jamás me había sentido tan expuesto como ahora, le estaba diciendo con sumo detallo todo lo que había ocurrido en aquel lugar, pero sobretodo recalque lo que paso en la entrevista y en el elevador, cuando termine de decirle ella se veía sumamente sorprendida, tal como yo lo estaría, me sentía atrapado en un cuento tonto.

—No me jodas, Min Yoongi.

—Sin groserías, Mina —reclame, ella es una mal hablada de nacimiento, si su primera palabra no hubiese ido tomate, seguramente hubiera dicho alguna blasfemia—, y créeme, estoy horriblemente sorprendido por esto.

—¿Y crees que yo no lo estoy? —sonrió ladina—. Esta más que claro que ese chico quiere algo contigo.

—No me jodas, Mina —ella soltó una risa, y yo apenas me percato de que he dicho lo mismo que ella antes—, olvídalo, de todas formas, no creo que nada extraordinario llegue a pasar, él es un chico de alta sociedad, y por supuesto no estaría con un simple chico como yo.

—Jamás digas eso, puede que le intereses para otros fines —ella elevo sus cejas varias veces, detesto a mi hermana en este momento, estire mi brazo y la empuje levemente escuchando como ella reía.

—¡Ya, Min Mina! Esto es un asunto serio.

—¿Serio? Yoongi, esto no lo puedo tomar tan en serio, prácticamente ese tipo te toca el cabello, te sonríe y en la entrevista se hace él que no te conoce, es obvio que quiere algo, y por supuesto, fuera del trabajo, ¡y no digas que no tengo la razón!

Por más que la esté odiando por decir eso, ella tiene toda la razón, la situación me parecía extraña, y a ella también, eran muy obvias las acciones de aquel Park Jimin. Estaba a punto de reprocharle, pero mi celular comenzó a sonar, la música de The Cure se escuchó algo alta, saque mi celular de mi bolsillo derecho del pantalón, observe que se trataba de un numero privado, fruncí el ceño, iba a colgar, pero el recuerdo de la posibilidad de que fuera la llamada que esperaba para saber si he sido contratado me hizo recapacitar, así que termine por responder, y coloque mi dedo índice sobre mis labios, indicándole a Mina que no hiciera ruido.

—¿Sí?

—Buenos días, ¿hablo con el señor Min Yoongi? —era una mujer, el peso sobre mis hombros se aligero al escucharla, al menos no era Namjoon o ese tipo del ascensor.

—Sí, él habla.

—Un gusto señor Min, hablo de la compañía de automóviles Park's —trague grueso al escuchar eso, y de nuevo el escalofrió y los latidos de mi corazón estuvieron presentes a flor de piel—, hace unos días asistió a la entrevista de trabajo solicitando el puesto para diseñador de interiores del nuevo edificio de la empresa, ¿es correcto?

—Sí, lo es —relamí mis labios, por unos momentos estaba sintiendo que todo mi ser ya no se encontraba sentado frente a mi hermana en la cafetería Coffee Miracle.

—En hora buena, Señor Min, ha sido contratado por la empresa Park's —¡Con un carajo! Mis ojos se abrieron en demasía, y mis manos comenzaron a temblar, inclusive Mina, que se encontraba justo frente a mí, me miro con sorpresa al verme en ese estado—, mañana tiene que presentarse en el mismo sitio, el señor Park Jimin le dará las indicaciones y le presentará al equipo que le ayudará con los preparativos, le esperamos exactamente antes de las nueve de la mañana, sea puntual, el señor Park es exigente con respecto a eso, tenga un excelente día.

—S-sí, gracias —y colgó, mi mirada paso a mi hermana mientras bajaba con cuidado mi celular—. Tengo el empleo —apenas y mi voz fue audible, estaba emocionado.

—¿Qué?

—¡Tengo el empleo! —por fin pude elevar mis labios en una sonrisa, y Mina no pudo evitar no contagiarse de mi alegría, ambos nos levantamos y ella me rodeo con sus brazos para brindarme un abrazo.

—¡Felicidades, hermanito!

Por fin podría trabajar, mis estudios no serían en vano, pero todavía la preocupación estaba presente en mi pecho, y es que la mujer que me llamo hace apenas unos momentos, menciono que quien me daría las ordenes sería Park Jimin.

Estoy asustado.