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El repartidor había dejado la comida, el arroz olía delicioso, además de aquel ramén que él se ofreció a prepararme, y estaban aquellos trozos de carne con cebolla caramelizada y ensalada de verduras que no dejaba de mirar, todo huele delicioso, mire a mi lado, Jimin se sentaba mientras dejaba las sopas en la mesa, acomodo su saco y soltó un resoplido para después mirarme.

—¿No te gusta lo que he pedido? —eleve las cejas al escuchar su pregunta—. Puedo pedir algo más si es que esto no es de tu agrado.

—N-no, esto —mire la comida, demonios las tripas me están gruñendo de hambre—, esto es perfecto —le dedique una tenue sonrisa.

—Sí fuera así, ya estarías comiendo —trague grueso, estaba nervioso, estar a solas con él me ponía los pelos de punta—, come con gusto, estaré feliz de que lo hagas.

Asentí en respuesta, y entonces me decidí a tomar los palillos, despegándolos y tomando un pedazo pequeño de carne para llevarlo a mi boca, demonios esto estaba demasiado bueno para ser verdad, mire a mi lado, Jimin no dejaba de masticar mientras me observaba, deje de masticar por unos instantes.

—Sé que todavía no estamos en planes de poder llevar a cabo un acuerdo, pero —llevo su mano libre a mis labios, limpiándolos con su pulgar—, deberías ser más ordenado al comer, ¿no crees?

Jimin parece que le encanta dar órdenes, no lo dudo, es el jefe de una gran empresa de automóviles que esta pronta a llevar sus vehículos a diferentes partes del mundo, eso sí que es un gran peso sobre tus hombros, además debes de ser un líder nato para estas cosas, yo seguramente me volvería totalmente loco y terminaría por abandonar todo en cuestión de meses.

—No me gusta ser ordenado —rodé los ojos, él me sonrió mientras negaba con la cabeza.

—Debería de gustarte, Yoongi —tomo un poco de té verde que nos habían traído y después me volvió a mirar—, ¿has leído algo del contrato?

Casi me atraganto al escucharle decir aquella pregunta. Tosí un par de veces, tratando de tranquilizarme, pero parecía ser imposible, sentí mi rostro arder por el calor, además de tener ese leve ardor en la garganta por pasar bruscamente el bocado en mi boca, demonios, a veces Jimin puede ser inesperado al realizar cualquier pregunta.

En realidad, ni siquiera estaba en mis planes leer eso, no hasta después, no quiero saber absolutamente nada de eso, pero por su mirada tan inquisidora y aquella curiosidad en su voz, sabía que debía de tomarlo con más calma y que debía de leer esas hojas que me había entregado, aunque sinceramente no estaba muy seguro de si me encantaría hacerlo.

—¿Por qué insistes en que lo haga? —abrí la botella frente a mí, demonios, maldito seas Park Jimin.

—Como te dije antes, quiero saber las dudas que tengas, entre más pronto las sepa y pueda aclarártelas, todo estará mejor, además —me miro mientras yo daba un largo trago a la bebida—, creo que esta sería una mejor forma para tener un acuerdo mutuo.

—Entonces, ¿no piensas convencerme de esto? —Jimin me regalo una sonrisa de nuevo, ¿quién puede tener ese gesto tan inocente y ser un diablo por dentro?

—El convencimiento es mi mejor especialidad, Yoongi —comento—, además, si esto realmente no te gustase, ni siquiera estarías aquí ahora —me quedé estático, era cierto, él no sabe cuan curioso me encuentro por saber lo que él planea, pero podía leerme como un libro abierto, aparte mi mirada—, en cuanto termines de leerlo —dijo, pero no pude siquiera mirarle—, no dudes en venir hacia mí, tendremos mucho de qué hablar.

—Jimin —él me miro.

—Estamos en horario de trabajo, aquí solamente soy para ti el señor Park —sentí la vergüenza apuntar mis mejillas, demonios, esté chico sabe cómo cerrarme la boca de inmediato, solté un suspiro.

—S-señor Park —él dio un asentimiento conforme con los honoríficos—, ¿me podría decir que es lo que está escrito en el contrato?

—Averiguarlo por tus propios méritos es una mejor sugerencia, Min —dijo a lo que yo me sentí idiota por esto—, los detalles no puedo dártelos todos y lo sabes.

—Lo sé...

—Pero te diré que ese contrato nos beneficiará a ambos —fruncí el ceño al escuchar eso—, no frunzas el ceño —demando con voz ronca, obedecí su mandato, se me había olvidado por completo que no le gusta que haga eso—, buen chico... —soltó una suave risa—, te sugiero terminar de comer lo antes posible para que puedas ir a casa temprano.

—Sí, señor Park —detesto esto.

—Recuerda, Yoongi, no dudes en consultarme tus dudas acerca del contrato, hablaremos de todo ello en privado, por lo que no tendrás que preocuparte por ser interrumpidos o si alguien nos está escuchando, ¿bien?

Asentí en respuesta, demonios, no quiero saber lo que hay allí dentro, tengo el estómago revuelto, ni siquiera sé si pueda comer un bocado más, pero debo de comer, después de todo él ha sido quien prácticamente había pagado todo y me había hecho comer junto a él.

Jamás creí que terminaría sentándome al lado del jefe de la empresa a comer, ni en mis más locos sueños estaría presente, ni siquiera en una lista de cosas por hacer antes de morir, rodé los ojos, la comida pasaría, o eso esperaba, pero mi mente no dejaría pasar ese contrato, no ahora, tenía que leerlo, y debía hacerlo sin mi hermana presente, Mina no suele meterse en mi habitación, lo que es un alivio, debo de ponerle un candado a mi puerta de ahora en adelante, aunque no creo que Jimin sea capaz de hacerme algo dentro de mi departamento, eso sí sería una locura total, una que seguramente no llegará a suceder, y eso esperaba.

Por ahora me concentraría en comer y abandonar aquella sala de juntas de inmediato, despedirme de Jimin y evitar esos ojos hambrientos con los que me miraba siempre, apenas son los primeros días de trabajo y ya me siento sofocado, no quiero saber cómo me sentiré a futuro con todo esto.

Tied To Your Orders ||JimSu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora