Tied To Your Orders ||JimSu||

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Mis manos tiemblan, no quiero admitirlo, pero me siento totalmente nervioso, quisiera ahora mismo no salir del elevador, quiero mantenerme en este espacio que por el momento es mi único lugar seguro de él, tengo un mal presentimiento, no debería de tenerlo, está en horas de trabajo, no puede hacerme nada, y también estaba el hecho de ese maldito contrato, no lo he firmado, y no esta en mis planes hacerlo por el momento.

El ascensor se detiene al igual que mi corazón, miro arriba, el sexto piso, no me agradará el número seis en un largo, largo tiempo, trago en seco antes de fijarme que las puertas están abiertas, y antes de que siquiera cierren, salgo del elevador, quiero mantenerme tranquilo, no quiero que él note lo nervioso que estoy ahora, pero parece que hasta para mí será un imposible, pero debo tratar de controlarme.

Camino mirando lo que hay alrededor, algunos cubículos de otras personas es lo que veo, y también estaba frente a mí, a unos metros de distancia, la oficina a la que ahora tenía miedo de ingresar, las puertas de cristal opaco, se ve oscura, ¿acaso está planeando algo más? Relamo mis labios antes de seguir con mi camino, en las puertas no está escrito su nombre, pero puedo ver que ni siquiera sus empleados se atreven a pasar frente a la oficina, es increíble como este hombre puede mantener una racha de miedo ante todos.

Por unos momentos, a medio camino, parecía que la oficina se iba alejando de mi poco a poco, como una advertencia, quizás eran inclusive las náuseas que estaba teniendo debido a lo nervioso que me encontraba, debía relajarme, no sé lo que me espera allí dentro, tampoco sé de los supuestos asuntos que debo tratar con él, aunque algo dentro de mí me dice que es por cómo me comporte la otra vez, estaba ese hecho de que logré enfrentarlo, logré hacerlo enojar, no había visto esa faceta antes, y por más que quisiera negarlo, no podía, me gustaba verlo molesto, quizás era por su mandíbula que la mantenía apretada, y ese agarre suyo que era duro, sin querer lastimarme, pero manteniendo ese agarre firme, demostrando lo demandante que es, también estaba ese hecho de que sus ojos se volvían inclusive más oscuros cuando se encuentra totalmente furioso, me gusta, lo admito, pero de igual forma me aterra.

La puerta está frente a mí, detengo mis pasos y suelto un resoplido, empuño mis manos y las aferro a mis costados, demonios, Yoongi, tuviste la valentía para enfrentarlo de ese modo y ahora parezco un animal indefenso que teme por su vida, debía de ser valiente, tenía que volver a enfrentarlo si es que quería hacer algo, tome aire antes de que mi mano se dirigiera a la puerta, tome la manija y la jale hacia mí.

Entonces es cuando lo veo, me da la espalda, mantiene sus brazos cruzados sobre su pecho, no lleva el saco puesto.

—Puedo... —estaba a punto de seguir hablando cuando él sin previo aviso me interrumpe.

—Cinco minutos tarde —dice y yo frunzo levemente el ceño al escucharle decir eso. Observo como se da la vuelta para esta vez mirarme, demonios, sus cejas no estarán unidas ahora mostrando su fastidio, pero puedo ver que está furioso—, la puntualidad es algo importante, gatito —trago grueso, quiero correr—, pasa, cierra la puerta y ven hacia acá.

Esto... esto definitivamente no se trata de nada formal, mis ojos no evitan viajar hacia sus manos, en donde tiene un cinturón de cuero negro enrollado en su mano derecha, estoy pensando lo peor, regreso mi vista, percatándome que inclusive no trae la corbata puesta y que los dos primeros botones de su camisa están sin abotonar, trago grueso, he de admitir que no se ve nada mal, pero también me da miedo en este momento.

Ingreso a la oficina y hago lo que me pide, cierro la puerta con el seguro que se encuentra cercano a la manija y es allí cuando me percato de que me estoy encerrando en mi propia celda, demonios, no quiero mirarlo, me quedo allí parado, observando la manija y aquel seguro que acababa de colocar por mi cuenta propia, escucho sus pasos sobre el suelo alfombrado azul marino, pasos lentos, pasos pesados, pasos que se dirigen a mi persona, siento la boca seca.