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Aquel encuentro solamente me había hecho sentir más enamorado de él, no se había comportado como las otras veces lo hizo, me había hecho inclusive sentir demasiado especial y querido, todas esas sensaciones que me había hecho experimentar en aquel acto carnal me habían animado por completo, me encontraba en la habitación de Jimin, secando mi cabello, habíamos decidido darnos una ducha en baños separados —por petición mía—, y yo ya me encontraba vestido, Jimin me había entregado una de sus playeras, la cual quedaba levemente holgada a mi cuerpo, me había colocado unos pantalones de mezclilla que él me había comprado, la playera era blanca, y su perfume estaba en ella, no pude evitar sonreír en el proceso, era como tenerlo conmigo en un abrazo.

Salí de la habitación de Jimin, mis pies no tenían puestos los zapatos, y no quería usarlo por el momento, me sentía sumamente cómodo de aquel modo, el frio sobre mis pies se iría en cuestión de minutos lo sabía perfectamente, seguí mi camino, sintiendo la humedad de mi cabello y el leve vapor que emanaba mi cuerpo, seguí mi camino, Jimin había encendido las luces del departamento, el lugar era iluminado, pero la ciudad detrás de los ventanales no dejaba de destacar, ciertamente este lugar tiene una vista maravillosa.

Sonreí al ver el lugar, y me abrace a mí mismo mientras pensaba en lo que diría, no debía quedarme en silencio por más tiempo, tenía que decirle a Jimin lo que estaba sintiendo por él, esta dispuesto a eso, aunque sentía como mi estomago se enredaba de sólo pensar en lo que podría pasar cuando le diga lo que siento por él.

Jamás en mi vida he sido yo quien se confiesa primero, siempre he dejado que todo fluya, y sin meterme de por medio, siempre soy yo quien acepta o rechaza los sentimientos de otros, sin preocuparme por planear el como me sentía yo al respecto o los demás con mi respuesta, pero ahora era muy distinto, por primera vez me encontraba en los zapatos de Kihyun, de Taehyung... por primera vez sería yo quien se atreva a decir lo que siente por alguien.

Y estaba nervioso, sumamente nervioso, mis manos temblaban ligeramente, no tenía frío, para nada lo tenía, solamente era mi ansiedad que me estaba carcomiendo en mi interior, debía relajarme o todo saldría pésimo hasta para mí.

Me había quedado demasiado ensimismado en mis pensamientos, que ni siquiera me percaté de la presencia de Jimin, no hasta que sentí como sus manos acariciaban mi cintura, di un pequeño salto al sentir sus manos abrazarme.

—¿Te asuste? —pregunto entre risas.

Mire mi vientre, encontrándome con sus manos entrelazadas mientras me brindaba aquel abrazo por la espalda, sentir su cuerpo pegado al mío, y su respiración en mi cabeza solamente me hacía sentir más mariposas revolotear en mi interior.

—Un poco —conteste, giré mi rostro, encontrándome con su sonrisa radiante en su rostro, maldición, volví a mirar a un punto fijo al frente, mientras que él soltaba una suave risa—, deberías dejar de aparecer así tan de repente.

—Te hable y ni siquiera me escuchaste, gatito —menciono en voz baja, casi en un susurro, como si no quisiera que nadie más se enterase de nuestra conversación a pesar de que estábamos solos.

Volví a girar mi rostro para verlo, y fue allí cuando me percaté de que él aún no estaba vestido, sus cabellos estaban húmedos y despeinados, su torso estaba totalmente expuesto ante mí, y solamente llevaba una toalla enrollada en su cintura para cubrirse, sentí mis mejillas arder al instante, este hombre definitivamente no tiene ni la menor idea de todo lo que causa en mí con tan sólo aparecerse semi desnudo.

Tragué saliva para poder deshacer la tensión en mi cuerpo, aunque no me sirvió de mucho, no cuando sentí el aliento de Jimin sobre mi cuello, sus cabellos húmedos chocaron un poco con mi piel, y pronto sus labios comenzaron a besar la hendidura de la unión de mi cuello y hombro del lado izquierdo haciéndome cerrar los ojos y soltar un suspiro.

Tied To Your Orders ||JimSu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora