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Ahora mismo entrar a la oficina de Jimin me estaba trayendo recuerdos de lo que había pasado la última vez, era increíble que inclusive a horas de trabajo, este hombre se haya atrevido a darme aquel castigo, la piedad fue lo que lo hizo no descontrolarse, pero me pregunto cómo hubiese sido si él no me hubiera dado piedad, es curioso, ni siquiera puedo imaginar lo que él es capaz de hacer.

—Yoongi —su voz me hace mirarle, se encuentra sentado detrás de su escritorio—, por un momento pensé que tendría que ir a buscarte.

Trago en seco y me permito adentrarme en la oficina para después cerrar la puerta detrás de mí, me había atrasado un poco debido a la llamada que había tenido con Taehyung, pero eso ya no tenía mucha importancia ahora, pero por alguna razón, la mirada de Jimin me decía que de nueva cuenta le había desobedecido, maldición.

—Tuve que atender una llamada —respondí, no era una excusa, era la verdad.

—Bueno, ahora eso no importa —dijo y entonces se incorporó, levantándose de su asiento y comenzó a caminar, a pasos lentos a mi dirección, no puedo evitar mirar sus acciones, observar como lentamente se acerca a mí, y sus ojos fieros no dejan de mirarme, ni siquiera parece querer parpadear.

Entreabro mis labios y antes de que siquiera pueda decir o hacer algo, ya lo tengo frente a mí, procura no invadir por completo mi espacio personal, está a unos centímetros de mí.

—Necesitamos hablar, gatito —ese apodo me hace querer apartar la mirada de él, pero Jimin toma mi mentón con sus dedos y me hace mirarle, demonios, tengo los nervios a flor de piel, relamo mis labios y veo que él baja la mirada en cuanto hago esa acción, y la vuelve a subir para verme a los ojos—, ¿has pensado en lo del contrato?

Y esa pregunta me hace querer escapar de su oficina, el contrato... no puedo decir que no lo he pensado, lo he estado analizando demasiado para mi gusto, inclusive lo he leído ya más de un par de veces y simplemente no sé qué hacer, inclusive mi hermana me había dejado con las dudas en cuanto había comentado que era peligroso que lo firmase.

—Sí, lo he pensado —respondo sin más—, todavía no sé si...

—Es una lástima que no quieras firmarlo ahora, gatito —parpadeo un par de veces, tiene esa sonrisa ladina que lo hace ver como el hombre más atractivo del mundo, joder.

¿Qué demonios me pasa?

Ni siquiera yo mismo puedo responder esa estúpida pregunta, Mina quizás tenga la razón, me estoy negando demasiado a mis propias emociones, pero sé que, si las digo, inclusive Jimin me mandará al demonio, me gusta, él me gusta, pero...

—¿Por qué es una lástima? —pregunte con apenas un hilo de voz.

—Porque no puedo hacer mucho, gatito —siento como sus dedos acarician mi mentón para después soltarlo de inmediato—, me encantaría hacer un par de cosas contigo, pero de este modo no puedo hacer mucho.

—¿Qué clase de cosas? —me aplaudo internamente por no haber tartamudeado.

—¿Te interesa tanto saberlo? —sus ojos brillan, le gusta mi curiosidad, demonios, no sé si considerar esto como un punto más para mí.

—Puede ser —le respondo y le regalo una sonrisa pequeña—, ¿qué es exactamente lo que planeas?

Él me mira directamente a los ojos, puedo ver en su mirada la lujuria que lo recorre por dentro, joder, aprieto mis muslos, me está gustando que me mire con esa necesidad tan grande que tiene ahora, me pica el cuerpo entero por saber lo que quiere hacer, sus manos no tardan en posicionarse sobre mi cintura y atraerme a su cuerpo eliminando la distancia que nos separa a ambos, su respiración pesada está cerca de mis labios, mi corazón no deja de latir con desenfreno, mis ojos me traicionan y veo sus labios, joder, tengo ganas de que este hombre se apodere de nuevo de mi boca como lo había hecho antes.

—Si me das tu consentimiento —un escalofrío me recorre la espalda en cuanto él habla, su voz gruesa, y ese tono tan seductor inunda mis oídos complaciéndome por completo—, entonces te haré sentir las mejores sensaciones de tu vida, gatito.

Sus manos aprietan levemente mi cintura y yo me remuevo levemente en mi lugar, demonios ¿por qué no me puedo negar a esto? No quiero negarme, quiero que me haga lo que guste, nuestro primer encuentro me había encantado por completo, no sé lo que planee ahora, no sé ni siquiera si utilizará alguna de esas cosas que vi la última vez en aquella habitación con la que inclusive él tenía cuidado y la cual estaba muy asegurada.

Park Jimin, no puedo saber lo que planeas, pero por esa sonrisa juguetona, y esa mirada llena de placer, puedo decir que me tienes una sorpresa que me hará sentir complacido en su totalidad.

—¿Estás dispuesto, gatito? —su pregunta me hace salir de mis pensamientos.

—Convénceme —suelta una suave risa corta antes de acercar su rostro hacia el mío, me permito cerrar los ojos al sentir como sus labios se posicionaban contra los míos.

Me está besando y joder, me esta fascinando, me atrae más hacia él y mantiene el agarre firme para que no se me ocurra escaparme de él, mueve sus labios lentamente sobre los míos, no puedo evitar soltar un suspiro que se queda atrapado entre la unión de nuestros labios, me estremezco al sentir como muerde levemente mi labio inferior para pedirme que le dé más acceso a mi boca, y lo permito, no me negaré a nada, quiero este beso más de lo que esperaba, dejo que introduzca su lengua en mi boca que pronto se encuentra con la mía y la enreda, joder, gimo sin miedo alguno a que él sepa que me está encantando lo que hace, y cuando la falta de aire está presente en ambos, es cuando él se separa de golpe de mis labios.

Nuestros pechos suben y bajan, tratamos de recuperar el aire que nos faltó por breves momentos, demonios, Park Jimin definitivamente besa como un gran experto y eso me encanta, aunque de sólo pensar en que tuvo que estar practicando con alguien más para volverse un experto, me hace sentir levemente incomodo, celoso, pero ahora mismo, lo tenía todo para mí.

De nuevo junta sus labios con los míos, dándome un pequeño beso de tan sólo unos segundos, y entonces suelta un suspiro, desearía que mis ojos no brillasen en estos momentos, Mina lo dijo, me siento atraído por este hombre, y no lo niego, me gusta, me atrae por completo, y es inevitable, me tiene en sus manos y es peligroso, pero me encanta el peligro.

—Te llevaré a comer —me dice, demonios como es que él puede cambiar de ser un hombre lleno de necesidad y deseo por tenerme bajo su control, a ser un hombre amable y sumamente dulce, Park Jimin, definitivamente no te podré entender por completo—, y después, quiero que conozcas mi departamento.

Siento la vergüenza subir poco a poco por mis mejillas. Él quiere llevarme a su departamento, quiere que conozca a donde va cuando no está en la oficina, maldición, la curiosidad de saber en dónde vive me está matando, pero primero él quiere que vayamos a comer algo, sé que la comida es importante, pero en verdad me siento curioso por saber cómo es su departamento, después de todo él ya conoció el mío.

—Es una propuesta a la que no puedo negarme —dije y él me regalo una sonrisa antes de darme un nuevo beso corto, joder, quiero suspirar por cada beso que me da—, ¿no te preocupa que nos vean salir juntos?

—No —mi corazón se siente cálido al escuchar esa respuesta—, no me interesa lo que lleguen a pensar los demás, ellos no tienen derecho a meterse en mi vida privada.

—¿Estás seguro? No quiero meterte en problemas...

—No me estás metiendo en problemas, gatito —me sonríe para tranquilizarme—, ahora vamos, hice una reservación para las cuatro de la tarde y se nos está haciendo tarde.

—La puntualidad, ante todo —rodé los ojos y él me regalo un guiño que me hizo sentir avergonzado por breves momentos.

—Exactamente, mi gatito —joder, no puedo evitar sentir mi rostro ardiendo en vergüenza—, ahora será mejor que nos vayamos.

Tied To Your Orders ||JimSu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora