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El camino pasa rápido por la ventanilla del vehículo, prefiero mirar como poco a poco abandonamos la ciudad para pasar a ver los bosques que verlo a él, no estoy nervioso, no me siento incomodo con su presencia, pero de algún modo, no quiero verlo, no ahora, quizás después, cuando el automóvil se detenga, cuando me muestre el lugar al que tanto quiere ir.

—Estás muy callado —dice para llamar mi atención, miro de reojo si acaso él me está mirando, pero sólo mantiene su vista en el camino.

—No suelo hablar mucho —dije para seguir mirando las casas que pasábamos, ya estamos cerca o eso supongo, Jimin lleva conduciendo más de quince minutos—, ¿hasta dónde queda el lugar?

Lo vuelvo a observar de reojo, veo esa comisura de sus labios elevarse como si estuviera burlándose, tal vez piensa que soy un desesperado, pero prácticamente me he dejado influenciar por sus palabras, así que será mejor que me diga a donde vamos o pensaré que me está secuestrando voluntariamente.

—Dices no conocer un lago —asiento en respuesta—, fuera de la ciudad, y un poco alejado del río Han, hay un lago, el lago de lágrimas —entreabrí mis labios, conocía ese dichoso lugar.

Había una leyenda, una muy vieja, se decía que en aquel lago, una vez hubo una pareja, que debido a problemas que había entre sus padres en el pasado, no podían estar juntos en lo absoluto, se veían a escondidas en aquel lago para pasar un rato juntos, y una vez fueron descubiertos, al hombre le enviaron a vivir del otro lado del país, mientras que ella se quedó, pero no faltaba día en que ella se presentara en el lago a la misma hora, solamente para llorar por no poder ver más a su amado, así fue hasta que ella murió de tristeza.

—Conozco el nombre y la historia que tanto llama la atención de ese lugar —dijo, me acomode en el asiento y le mire—, ¿por qué exactamente a ese lago?

—Mi padre complace casi siempre los caprichos de mi madre —comenzó a hablar sin dejar de ver el camino—, ella amaba ese lago desde niña, e inclusive había mencionado muchas veces que le gustaría vivir por allí, mi padre logro complacer ese deseo, hay una zona de cabañas en donde pueden relajarse las personas, pero hay una exclusiva, esa es propiedad de mi familia.

Siempre los ricos hacían lo mismo, tener edificios, lugares privados, no me sorprendería que Jimin salga con que tiene una isla para él solo, sonreí ladino ante mi pensamiento y luego mire a Jimin.

—¿Tratas de impresionarme? —él soltó una suave risa ante mis palabras.

—Pienso que ya estás lo suficientemente impresionado de mí como para impresionarte más —me mira por breves segundos—, hace meses que mi madre me dio el lugar para que pueda estar solo en los días que lo necesito.

—Entonces, piensas llevarme a ese sitio —me recargue más en mi asiento y pase mi lengua por los labios—, ¿qué tiene de relajante pasar unos días conmigo?

Su mirada fiera me enfoca de nuevo y después vuelve a ver el camino, gira el volante hacia la izquierda mientras sigue concentrado en el camino que tomamos, no puedo apartar mi mirada de él, aprecio sus facciones, sus manos sostienen el volante con fuerza, se le marcan levemente las venas, su perfil cincelado y esa seriedad en su rostro solamente me hace pensar en lo que seguramente tratará de decirme de un momento a otro.

—Dije que trataría de convencerte de firmar ¿no es así?

—Lo hiciste —asentí.

—Es un contrato para que ambos podamos disfrutar —miro al frente, los árboles frondosos de follaje verde se sacuden levemente por el aire, puedo ver la zona de cabañas de la que me hablo, y es aquí cuando el vehículo se detiene, y que mis sentidos se ponen alerta—, sólo hay una manera de convencerte, Min Yoongi.

Siento como una de sus manos se coloca en mi cuello, rozándolo levemente y haciéndome temblar en mi sitio, demonios, debía ser una broma, trague grueso, me ha traído aquí para tener relaciones sexuales, siento como si fuera la oveja tonta del rebaño que se separa de su grupo por querer explorar más y termina siendo devorada por el lobo, le miro y él me eta mirando con esos ojos oscuros llenos de deseo, aprieto mis muslos uno contra otro, el nerviosismo está afectando mi ser.

—¿Q-qué es lo que haremos? —sonríe ente mi tartamudeo tan repentino.

—Nada que no te guste, Yoongi —relame sus labios y deja de acariciar mi piel—, pasarás el fin de semana conmigo ¿bien?

—E-espera, espera —sus cejas se alzan ante mi respuesta—, ¿qué le diré a mi hermana? Vivo con ella.

—Lo sé —frunzo el ceño ante esa respuesta—, hable con ella antes de entrar al trabajo —abro mis labios estaba sorprendido por lo que me dijo—, y dijo que no había ningún problema y que le encantaría tener el departamento para ella sola por esos días.

Min Mina, cuando llegue te juro que te mataré por aprobar esto, aunque era de esperarse de parte de ella, después de todo al parecer ella estaría totalmente de acuerdo con todo lo que haga o diga este hombre, pero nunca creí que en verdad ella podía llegar a dejar que Park Jimin me cambiase mis planes para el fin de semana —que en realidad no tenía—, sólo para para pasar tiempo con él.

—Vamos, Yoongi —abrió la puerta del lado del piloto y yo abrí la del copiloto mientras resoplaba, mi hermana, ahora mismo la estoy odiando mucho, pero bueno, seguramente también no es como si quisiera verme en mi habitación viendo doramas o series estadounidenses, comprendo eso, pero esto definitivamente no me parecía una buena forma de pasar mi fin de semana, no con él.

Salí del vehículo y el aire golpeo mi rostro, el clima es fresco a pesar del calor que hay, veo a Jimin rodear el vehículo, cierro la puerta y es ahí cuando los seguros se colocan gracias al mando de las llaves, Jimin camina seguro de sí mismo hacia las cabañas, y yo voy en pos de él.

Debo admitir que el lugar es bonito, a decir verdad es muy bonito, la zona de las cabañas esta al aire libre, son pequeñas casitas con tejados planos, a pesar de que les dicen cabañas, no están hechas de madera, sino que de tabla roca y algo de cemento, tienen ventanas a la vista del lago y a los lados, y están pintadas de color bermellón, los arboles las rodean, cubriendo los tejados con hojas caídas, el lago puede verse brillar debido a la luz del sol, y el viento hace mover las aguas levemente, hay algunos patos paseándose allí dentro, demonios, esto es más hermoso de lo que pensé, de haberlo sabido antes, no hubiera dudado en venir a esté lugar.

—¿Te gusta? —su pregunta hace que deje mis pensamientos por completo, veo que está a unos metros de mí, sus cabellos son levemente revueltos por el aire que hay.

—Sí —no evito sonreír—, es un lugar muy hermoso.

Lo veo sonreírme de vuelta, su sonrisa natural es radiante, me agrada.

—Ven, hay que entrar a la cabaña, comeremos algo y tal vez demos un paseo en la tarde, es hermoso el lago con las puestas de sol —estira su brazo, me ofrece su mano para que la tome a pesar de la distancia que nos separa.

Observo su mano, totalmente lista para tomar la mía, es extraño este sentimiento que crece en mi interior, por más que tenga miedo de lo que pueda llegar a suceder a futuro en esté lugar, en estos días, en esa cabaña, sé lo que él quiere, sé sus verdaderas intenciones, me ha dejado todo muy claro, y de todas formas ahora mismo el miedo no está presente en mi ser, sólo está la curiosidad, saber lo que él puede llegar a hacer, quiero ver sus acciones, escuchar sus palabras, y quizás inclusive pueda saber más de sus profundos secretos que se guarda.

No, esto no es una relación formal, no debería de insistir en querer conocerle más, pero es inevitable, soy curioso, y él desata preguntas que quiero que sean respondidas, por más que no quisiera tener curiosidad alguna, me es inevitable no tenerla, sin pensarlo más, camino los metros que nos separan, y estiro mi mano para colocarla encima de la suya, él no duda en estrecharla sin mucha fuerza y comenzamos a caminar hacia la cabaña más cercana. Desearía poder saber en lo que él está pensando en este momento, en sus planes, en sus métodos de convencimiento, en todo, quiero saberlo todo de Park Jimin.

Tied To Your Orders ||JimSu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora