44

2.3K 434 130
                                    

Hubiese permanecido con los ojos cerrados por mucho más tiempo de no ser por los toquidos a la puerta de mi habitación, maldición, tres fueron los golpes dados a la puerta y después claramente escuché como la puerta era abierta, el rechinido de las bisagras se hizo presente y mis parpados apenas y podían abrirse, entonces fue cuando la vi, Mina asomo su cabeza, sus cabellos estaban despeinados, aunque ya estaba vestida con sus ropas del diario.

Me dedico una encantadora sonrisa antes de siquiera pronunciar una palabra. Usualmente era despertado por Mina, pero no de esa forma, a ella le gusta alzar la voz, y bastante, le gusta gritar que se me está haciendo tarde, le gusta insistir mucho cuando se trata de un trabajo importante, y que ahora mismo este ella parada detrás de la puerta asomando la cabeza y sonriéndome como si de una niña traviesa que ha hecho un desastre a temprana hora del día se tratase, me dejaba totalmente desconcertado, fruncí levemente el ceño.

—Hermano, hermanito, hermanote —canturreo alegre mientras entraba a mi habitación, mis parpados pesaban demasiado, ¿qué hora era?

—¿Qué pasa, Mina? —pregunte para después dejar que el bostezo invadiera en mi ser, solté el aire tibio y parpadee un par de veces, me sentía sumamente cansado, debí dormir más temprano.

—Nada —dijo sin dejar de sonreírme, sabía que algo no estaba del todo bien, aquella sonrisa suya la delataba—, bueno, quizás sí hay algo —soltó una leve y corta risa.

Me sentía peor que un padre al descubrir que uno de sus hijos le tenía una gran sorpresa, Mina sería mi hija, y yo el padre, demonios, solté un resoplido, no me gusta que me vengan con muchos rodeos.

—Ya, ¿qué pasa? —volví a insistir, y ella se dedico a colocar sus manos detrás de su espalda, apretaba sus labios tratando de evitar que una nueva sonrisa surcará en su rostro—. Mina —insistí de nuevo entre dientes.

—¡No te enojes! —me advirtió, pero me estaba comenzando a molestar con la espera que me estaba haciendo pasar.

—Entonces sólo dime lo que pasa, maldición —ella rodo los ojos con diversión.

—¿Tan temprano y de mal humor? —Mina ahora negó varias veces con la cabeza—. No seas así, Yoongi, ¿qué diría nuestro invitado especial si te viera molesto?

¿Invitado? Eleve ambas cejas, sinceramente no esperaba aquello, ¿de qué demonios estaba hablando? ¿Un invitado?

—Por favor dime que no es la señora Kang de nuevo... —esa mujer me sacaba canas azules.

—No —alargo aquella palabra, de nuevo estaba jugando—, de hecho —volvió a sonreírme de oreja a oreja—, es alguien que te gusta mucho, mucho.

Deje de respirar por unos momentos, y la imagen de Jimin paso por mis pensamientos, no, no podía ser él, esto debía ser una maldita broma, mire a Mina a los ojos.

—¿Es él? —sé que mi hermana sabe de quién hablo, y cuando ella me dio un asentimiento certero, deje de mirarla—. ¡Carajo!

Mina soltó una risa al escucharme, demonios, ¿qué hacía él aquí? Se supone que nos veríamos el día de mañana, ¡pero en el trabajo, no en mi departamento! Y mi hermana lo había recibido, joder.

—¿Cuánto tiempo lleva aquí? —pregunte.

—Diez minutos —menciono Mina, y la mire de mala gana—, ¿qué?

—Lleva diez minutos aquí, y ni siquiera fuiste capaz de despertarme para verlo —ella rodó los ojos—, ¿por qué no lo hiciste?

—Porque le dije que seguías dormido —ella sonrió ladina—, ¿sabes? Dijo que te dejará descansar un poco más antes de que te despertará.

Tied To Your Orders ||JimSu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora