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Mi concentración no estaba del todo bien, y mucho menos teniendo a este hombre cerca de mí, tan cerca, había ordenado dos rebanadas de pizza para ambos, y una lata de refresco de manzana para mí, él no quiso tomar nada, mis pensamientos no dejaban de pasar al último momento en que me hizo sentir pequeño, no dejaba de pensar en el movimiento tan suave a la vez tan duro que había tenido sobre mis labios en aquel beso, joder, solamente yo era quien me torturaba una y otra vez con lo mismo.

Cuando terminamos de comer, nos dirigimos a la zona de espera, había pocas personas en aquel lugar, inclusive podría decir que era una cantidad sumamente menor a la que había al entrar al aeropuerto.

—En cuanto aterricemos —la voz del hombre que ahora se encontraba a mi lado mirando su teléfono celular, me hizo salir de mis pensamientos—, tomaremos un taxi para que nos lleve al hotel, el tiempo es valioso en estos momentos.

Di un asentimiento como respuesta y fue entonces que él me vio de reojo.

—La reunión será algo larga en aquel restaurante, por fortuna, será en el hotel en el cual nos hospedaremos —mire atento como dejaba de mirar la pantalla de su teléfono para después guardarlo en uno de los bolsillos de su chamarra de mezclilla y pasar a mirarme—, ¿no es eso algo bueno?

—¿Hablas de estar cerca del restaurante? —él soltó una suave risa mientras daba un asentimiento.

—Sí —me fijé más en su mirada, y allí pude ver algo. Jimin tiene una mirada sumamente expresiva, con ella solamente podías notar si se encontraba molesto o no, podías intuir si estaba preocupado, o si simplemente se sentía entusiasmado por algo, y ahora en su mirada, podía ver aquella ferocidad que pude ver cuando nos conocimos—, hace unos momentos te dije que tenía asuntos pendientes que arreglar contigo, gatito.

Demonios, mordí mi lengua en el interior de mi boca, ¿a qué quería legar con todo esto? Por más que quisiera negarme a pensar en la posibilidad de volver a tener sexo con él, no podía dejar de pensar en eso, podía sentir sus intenciones, las sabía con sólo mirarlo a los ojos.

—¿Q-qué clase de asuntos? —Jimin relamió levemente sus labios, joder.

—¿Quieres detalles? —su voz ronca me hacía sentir sumamente ensimismado, era increíble, mi corazón comenzó a acelerarse en cuanto sentí una de sus manos colocarse sobre mi pierna izquierda, apretándola con algo de fuerza—. No sabes lo mucho que deseo tenerte por un par de horas para mí, gatito.

Sentí como un escalofrío recorría mi piel ante su tacto, demonios.

—No se suponía, q-que esperarías hasta después —mi garganta se estaba cerrando de apoco, Jimin prácticamente me estaba comiendo con la mirada, disfrutándome lentamente, y debo admitir que me estaba gustando mucho, pero demonios, se suponía que esto no solamente se trataba de estar con él, si no que también había trabajo de por medio, aunque sinceramente era difícil concentrarse en el trabajo cuando tienes a un hombre que desea tenerte en su cama, demonios.

—Por supuesto —mi vista bajo por breves momentos hacia sus labios, demonios, inclusive mi propio cuerpo me traiciona un poco—, pero debido a que el vuelo no será tan largo, y cuando lleguemos al hotel, no tardaremos en ponernos cómodos —su mano se deslizo sobre mi pierna, lenta y tortuosamente haciendo que mi garganta se cerrará por el nudo que se estaba formando—, pensé que no sería mala idea divertirnos un rato.

¡Maldita sea! Todo en mi cuerpo pide a gritos que lo haga, le dice a Jimin que haga lo que le plazca, que me haga lo que quiera, no me interesaba, pero mi mente se negaba a querer aceptar algo como aquello, pero joder, ¿quién no querría que este hombre te posea una y otra vez?

Tied To Your Orders ||JimSu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora