Promesas vacías. Neji Hyūga×OC. ||TERMINADA||

000; En el pasado

La Yamanaka esperaba sentada debajo de un árbol de manzanas. El día era soleado pero sin hacer calor, los pájaros cantaban y la aldea estaba en paz. Era un día perfecto. Era su día perfecto, por fin su prometido haría oficial su compromiso ante su clan.

Al ver al atractivo castaño caminar hacia ella su corazón comenzó a latir más fuerte, sintió cosquillas en el estómago y moría por besarlo.

—¡Hyūga! —se lanzó a los brazos de su novio— ¿Cuándo será la cena? ¿Hoy? —llenó de besos su rostro— He comprado un kimono precioso, te va a encantar es color rojo. —le dió un largo beso acunando su rostro con ternura, él le correspondió el tacto pero sus manos se quedaron en el aire.

— Lo siento, Inu. La cena no será hoy.

— ¿Entonces cuándo? —pasó los brazos por el cuello de su prometido— Recuerda que mis deberes como líder me tienen un poco ocupada y...

— No habrá boda. —sentenció. Tomó por las muñecas a su novia y la apartó con gentileza.

— ¿Disculpa? Estamos a dos meses de la boda. Lo hemos planeado todo. Solo tenías que pedir... —los cables en su cabeza conectaron— No, no tenías que pedir algo, sólo ibas a avisar a tu clan que vas a casarte.

— Cómo el líder, no puedo casarme con una externa. No puedo casarme con una Yamanaka. No puedo casarme contigo.

—Exacto, como líder solo debías informar lo que vas a hacer. Es tu vida, no la de ellos, quién se va a casar conmigo eres tú, no ellos.

—Iba. —corrigió.

Hace unos instantes, irradiaba felicidad. Su día iba de maravilla, ahora quería que el mundo la tragara. Su expresión alegre y sus ojos brillantes cambiaron a ser sombríos.

— ¿Te dieron a escoger?

— Era mi clan o nosotros.

— Y no me elegiste. —apretó los puños con fuerza— Estamos a dos meses, no puedes terminar con esto así de fácil.

— Lo siento, Inu. Pero yo...

— Eres un idiota. —las lágrimas brotaron de sus ojitos— Sólo sé que vas a arrepentirte mucho. Con quién sea que te cases, no habrá amor.

— Yo no quería lastimarte.

La rubia concentró su chakra en el brazo derecho y lo dejó salir por su puño cuándo golpeó al ojiperla en la cara.

— Yo sí. —limpió las lágrimas y respiró profundo. Sacó el anillo de compromiso de su dedo izquierdo se agachó para quedar a su altura y lo colocó en la mano libre de su ahora ex prometido— Supongo que te veré en alguna asamblea, hasta pronto Hiashi-san. —tomó aire y lo mantuvo en su pecho, sacándolo con fuerza volvió a hablar— ¿Quién diría que lo único que tuve de el gran Hyūga Hiashi sería un puñado de promesas vacías? —dijo alisando las arrugas de su pantalón.