Promesas vacías. Neji Hyūga×OC. ||TERMINADA||

Capítulo especial: La heredera y el refugiado

Todo a su al rededor era consumido por las llamas, y aunque era fuerte y valiente, un adolescente de tal edad no podía hacer mucho.
Salió a buscar ayuda, pero nadie iba a ayudarlo, después de todo, aquellos que temían del Clan Fukushima estaban felices porque murieran todos. Hizo lo que pudo, pero no quedó nadie vivo, sólo ella, la única persona que tenía que proteger, su latente chakra aún podía sentirlo. Humedeció una manta para poder entrar a buscarla, pero cuando entró, ella ya no estaba, buscó cuánto pudo pero claramente la habían raptado.

Su única compañía, Guren, ya no estaba y ahora se había quedado sólo, lleno de una gran fortuna, pero sólo. En la aldea del sonido, no era bien visto ni querido, todos le temían y tenían razones de sobra. El más fuerte en generaciones era un adolescente, que si hubiera querido, pudo haber derrotado al líder y tomar las riendas del clan, un asesino sin piedad.
La gente lo apedraba y maldecía, pero él ya no quería matar a nadie más, sólo quería proteger y salvar vidas, pero la gente era despiada así que contrataron al mejor ninja de la zona para acabar con Fukushima Gakuto.

El joven huyó por tanto tiempo, divagando de una aldea a otra, era considerado un desertor y criminal, sólo porque todos querían verlo muerto y al poco tiempo apareció en el libro bingo, siendo uno de los más buscados que aunque no había cometido ningún crimen, era peligroso porque era poderoso como un Kage. Y precisamente, el Hokage de esos años escuchó hablar de él y se dió cuenta de que había similitudes con el adolescente nuevo en la aldea, un huérfano extraviado según él. Con ayuda de su mejor shinobi, investigó a fondo si realmente era peligroso y cuál era su historia.

- ¿Me vas a decir la verdad?, llevas dos años viviendo aquí. Es hora de convocar a los líderes de las grandes naciones.

- Ya lo sabes todo, ¿no? -aventó una piedra al agua haciendo que rebotara- No soy un criminal, ni soy peligroso, si me entregas van a darme cuello.

- Gakuto, eres tan ocurrente. -soltó una risotada- Veo que se te han pegado muchas mañas de Tsunade.

- ¡Pues claro!, es mi maestra.

- Eres como un hijo para mí, lucharé por ti, por tu custodia y podrás convertirte oficialmente en un ninja de la hoja.

- ¡¿En serio?! -el viejo Sarutobi asintió varias veces con la cabeza- ¡Gracias!, ¡no voy a fallarte! -sin pensarlo se lanzó sobre él para poder abrazarlo, casi al instante lo soltó- Lo siento, me dejé llevar.

- Ven aquí, pequeño.

Y así, fue como Gakuto recuperó una figura paterna. Muchos podían decir cosas desagradables sobre el tercer Hokage, pero para él, no había persona más buena y bondadosa en ese mundo.

Claro, que con el paso de los años y una buena libertad en su aldea, por fin pudo hacer amigos, unos muy valiosos a decir verdad. Namikase Minato y Uzumaki Kushina, dos personas tan distintas pero tan enamoradas, alegres que hacían sus días más amenos.

Al ser mayor que ellos, lo habían seleccionado como capitán varias veces de equipos con jóvenes de su generación, el primer equipo asignado y más frecuente le pareció muy "variado". Su maestro ya se había retirado, entonces que llegara un nuevo a dar órdenes no le parecía a Fugaku, ni a Hiashi que aunque no era parte del grupo continuamente tomaba el lugar de su hermano menor.

- ¿Fukushima-san, puedo hacerte una pregunta? -preguntó risueña la mujer más bonita de la hoja, Yamanaka Inosuki.

- Claro, y puedes llamarme Gakuto. -Fugaku rodó los ojos, divertido por ver a su compañera intentar conquistar al mayor.

- ¿Tienes novia?

Hizashi escupió el agua y Fugaku incendió un árbol detrás de Gakuto. Ambos esperaban todo, menos aquello.