Promesas vacías. Neji Hyūga×OC. ||TERMINADA||

019; Un estrella que resplandece en el cielo

Gakuto tenía prohibido estrictamente hacer esfuerzos, pero siendo el líder del cuerpo médico de Konoha era imposible no hacerlos, de cualquier forma no se estaba pasando del límite. Pero en esa tarde cuando llegaron más de diez hombres heridos de gravedad y ocho fallecieron se hartó de esperar. Tenía el poder suficiente para ir al campo de batalla y salvar a los shinobis, no había necesidad de agonizar hasta llegar a la aldea para luego morir.
Esa era la clase de esfuerzo innecesario, ahora necesitaba reposo absoluto y que alguien lo estuviera cuidando las 24 horas los 7 días de la semana.
Inosuki renunció a su puesto como líder, le absorbía más tiempo del que tenía y Tsunade le había dado vacaciones al igual que a su hija, sabía que ambas querrían estar con el hombre de cabellos azules, aunque las necesitaba para ciertas misiones les dió el tiempo, después de todo estaban hablando de su discípulo.

Acomodó la almohada de su padre para que estuviera un poco más cómodo, tenía ojeras y bolsas debajo de sus ojos, y aunque los tenía cerrados pudo notar el cansancio que albergaba en ellos.

- No te vayas, pequeña. Pasa un poco más de tiempo, quédate con tu viejo. -se llevó un pañuelo blanco a la boca y comenzó a toser, ahora tenía manchitas rojas- Pasa tiempo conmigo, antes de que parta.

- No debiste haber ido a esa estúpida misión, probablemente el tratamiento tendría más efecto. -apretó los puños con fuerza, Gakuto notó el nudo en la garganta que se formaba mientras le daba el sermón.

- Tenía que proteger a mis compañeros, ellos estaban protegiendo la aldea.

- Tssk, esa voluntad de fuego.

- Tsunade-sama y Tetsurama-chan han estado buscando los remedios, incluso Shizune-chan ha trabajado con Hizoka, si no ha encontrado nada es por algo, ¿no crees? Además, yo quería decidir como morir y si esa misión es lo que me ha llevado a este punto, estoy feliz. Protegí a mis colegas, con ellos a esta aldea que me dió un hogar cuando me quedé sin uno. -soltó un abrumador suspiro- Antes de irme quiero pedirte una sola cosa: -la joven bicolor lo miró con curiosidad- sé feliz, encuentra tu propio hogar cómo yo encontré el mío.

-¿Puedo pasar? -la puerta se abrió dejando ver a Inosuki que también tenía bastantes ojeras.

- ¿Cómo te fue, cariño?

- Tengo los medicamentos. -agitó la bolsita en el aire- Tetsurama-chan creé que esto te dará más tiempo.

- Ya no, Suki. Ya no más, por favor. Estoy cansado.

- Gakuto por favor...

- Lo mismo digo, por favor. -los tres guardaron silencio por unos instantes- ¿Ya está lista mi lápida? Quiero que todo esté listo para cuando tenga que partir.

- Ya tengo el permiso para plantar un cerezo cerca de tu lugar. -respondió al borde del llanto.

- Excelente. -palmeó un lugar a lado de él y Suki tomó asiento junto a su esposo- ¿Sabes qué mi vida no tenía sentido hasta que te conocí? -besó la mano de la rubia- Una de tus mayores desgracias se convirtió en lo mejor de mi vida. -ambos rieron mientras que la menor los miró confundida, poco sabía de cómo se habían enamorado- Nunca dejaré de agradecerle a...

- Shh. Eso no fue una tragedia, de no haber sido así no estaría casada contigo. -le depositó un pequeño beso en la frente.

- Irónicamente, también estás por convertirte en viuda. -Suki rodó los ojos y limpió sus lágrimas.

- A veces sigues siendo tan idiota como te conocí.

- Y tú sigues igual de guapa.

- Lamento no haber podido darte más hijos, sé que querías reestablecer tu clan.