Promesas vacías. Neji Hyūga×OC. ||TERMINADA||

075; Inohika y Neji

- Hika, abre la puerta, por favor. -llevaba treinta minutos sentado contra la puerta llamándola- Vamos a hablar, ¿o quieres qué te deje sola?

- No, no quiero. -respondió berreando desde el otro lado.

- Entonces hablemos de otra cosa, si quieres. No tiene que ocurrir nada.

Escuchó cómo quitaba el seguro de la puerta enseguida se puso de pie y la recibió con un abrazo, caminaron juntos a la cama, dónde se recostaron silencio. De vez en cuándo Inohika volvía a llorar y luego volvía a calmarse.

- Perdón, es qué no puedo.

- ¿Por qué no?, ¿ocurrió algo?

- Simplemente la culpa no me deja. Fueron muchos años.

- Creo que entiendo. -respondió después de un largo silencio- Ibas a casarte con alguien más, supongo que lo intentaron. Estuviste con otra persona.

- Neji, deja de decir tonterías. No estuvimos juntos. No pude. No voy a negarte que lo intentamos, pero no pude. Me daba pánico y tristeza ver otra cara. Mi matrimonio estaba destinado al fracaso, al Kasekage le exigían hijos. ¿Y de dónde íbamos a sacarlos? Es qué... -cubrió su rostro con ambas manos- Tu cuerpo está lleno de cicatrices.

- ¿Te molestan?

- Estuve culpándote por años. Te odié y maldije tu tumba. Ver tus cicatrices me hace ver lo estúpida que fui. Estuviste todo este tiempo allá afuera debatiéndote entre la vida u la muerte, ¿y yo qué hice? Me convertí en una asesina, me llené las manos de sangre y en un arma de Konoha. Me comprometí con otro hombre.

- Y fue lo correcto. Tenías todo el derecho de casarte con alguien más, de hacer tu vida y no te juzgo, eso es lo qué quería. Deseaba que si yo faltaba encontraras la felicidad, sola o con alguien más, tú más que nadie merece ser feliz. Y lo del arma... Supongo que el camino de la soledad te llevó a eso y Hika, siendo así te debemos gran parte de la paz que hay hoy en día. No sé qué crímenes cometiste, pero yo estuviera aquí o no, Kakashi-sensei iba a descubrir tu talento y esa tarea te hubiese sido asignada sí o sí. -acunó su rostro entre sus manos- Nada de lo que hagas, dejes de hacer o hayas hecho va a cambiar lo que siento por ti. ¿Recuerdas cuándo Deidara te explotó la pierna? Te daba vergüenza, pues esa cicatriz sólo hace qué me gustes más, me demuestra lo fuerte que eres y te sigues aferrando a la vida. -juntó su frente con la de él.

- No sólo es esa. Mi cuerpo está lleno, fue cómo una maldición. No estaba viva, pero tampoco podía morir, sólo miraba desde la eternidad sin poder hacer nada. -desató el nudo de su bata y dejó que la viera- Cuando me hicieron este -señaló en su abdomen- Pensé que iba a morir, no sabes cuanto supliqué que así fuera.

- Perdóname, por favor perdóname. Nunca pensé en hacerte daño. Todo se salió de mis manos, yo no quería morir. -las primeras lágrimas comenzaron a salir- Siempre, desde qué era un niño estuve consciente de lo mucho que te quería y necesitaba en mi vida. A diferencia de ti, yo sí entendía que los celos que tenía de Sasuke o Daiki eran porque me gustabas, porque me aterraba la idea de qué eligieras a alguien mejor qué yo. Eres lo único que conozco, Hika. Cuando mis padres murieron, pensé que me iba a quedar solo, pero no fue así. Mis dolores se hacían menos cuando estaba contigo, el corazón dejaba de dolerme, la vida es de colores cuándo estoy a tu lado. Tu presencia es cómo pararse en bajo los rayos del sol cuando hace frío, eres cálida, Hika. Eres todo lo que conozco y si crees que estar conmigo, que quedarte a mi lado es malo para ti, voy a aceptarlo. -volvió a mirarla a los ojos- Y si quieres ir con Gaara, también voy a entenderlo. A dónde sea que vayas, voy a seguir queriéndote estés o no a mi lado. Siempre voy a ser tu amigo, tu compañero y tu confidente aunque tu corazón elija a otra persona. Lo que siento por ti, es incondicional.