Especial invierno: El último invierno que se sintió cómo verano.

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Desde la ventana del comedor del hotel dónde se habían hospedado observaron cómo la nieve comenzaba a cubrir los caminos, dieron un trago más a su taza de té y siguieron conversando.

— Deberíamos de darnos prisa, va a caer una tormenta. —mencionó él castaño.

— Tienes razón, no queremos quedar varados en la nada y sin refugio. —dejó la taza sobre la mesa y se puso de pie— Ya tengo todas mis cosas.

— Yo también. —imitó su acción y dejó el dinero sobre la mesa— Las habitaciones las pagué hoy al despertar, ya podemos irnos.

Ambos ninjas salieron de la posada cubriendo completamente su cuerpo con las capas blancas con detalles rojos que usualmente utilizaban.
Comenzaron su caminata a Konoha, que si no bajaban el ritmo llegarían por la noche.

— ¿No estás emocionado?

— ¿Por qué cosa?

— Ay, Neji no seas aguafiestas. Pasado mañana ya es año viejo, compré un Kimono precioso, te va a encantar, es rojo con muchos detalles en negro y dorados.

— Bueno, tendré que buscar algo de último momento que combine con el tuyo.

— Es que lo compre para ti. —dijo mientras rascaba su mejilla un poco nerviosa. Sus uñas por primera vez las vio de un color distinto al habitual, estaban pintadas de rojo, se preguntó porque todo últimamente era rojo. Gaara la visitaba cuando tenía oportunidad y las misiones en la arena siempre las tomaba ella. Sintió celos, muchos celos.

— ¿Y por qué rojo? —preguntó molesto, pensando qué ése era el color de cabello de el Kasekage.

— Pues porqué... Porqué... —Pues porqué es el color para recibir el año con amor, tonto. Pensó— No lo sé, Neji. Estaba lindo y ya. —se encogió de hombros restándole importancia— Papá y el tío Inoichi van a cocinar, perdieron la apuesta y les toca a ellos.

El castaño no respondió nada, en su mente sólo había un pensamiento: Rojo, porque le recuerda a Gaara.
Siguieron avanzando un par de kilómetros sin decir nada, hacía demasiado frío cómo para poder hablar, solo se concentraban en apresurar el paso y no tropezar con la nieve para poder llegar lo antes posible a casa.

— ¿Sabes qué detesto? —dijo él cuando percibió a varias personas acechándolos desde las sombras— Los parásitos.

— Ya sé. Son cómo un grano en el...

— ¡Hika!

— Lo siento, lo siento. —tronó su cuello y luego los dedos de sus manos— Son, mh, —cerró los ojos para poder contarlos— veinte. Yo voy por los de la derecha —un kunai pasó atravesando su rostro rasgando el caparazón de cristal que siempre mantenía activo— ya no hay tiempo de organizarse. —llevó la mano a su cara verificando no haber sangrado— Dios, cada día son menos organizados, ni siquiera nos dejan pensar.

— Es por las fechas. —recogió el kunai y jugó con él entre sus dedos— Necesitan dinero para los obsequios.

— Cómo sea, andando.

Sin decir una palabra más, Neji activó su byakkugan y lanzó el kunai en la misma dirección de la que había llegado acertando con su objetivo.
La pelea comenzó, eran 20 contra dos, y en número estaban en desventaja, pero bueno, eran veinte personas jugando a ser delincuentes contra dos buenos soldados de la defensa shinobi de Konohagakure, una aldea que era bien conocida por albergar a los mejores ninjas y clanes en todos los tiempos.
Para cuando al fin terminaron, la nieve caía más rápido y de manera más densa. Intentaron correr pero era prácticamente imposible, tenían que buscar un refugio antes de morir congelados. Neji activó su Byakkugan y al encontrar un refugio se adentró al bosque para ir a él con Hika pisándole los talones.

Promesas vacías. Neji Hyūga×OC. ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora