Le tomó varios minutos para que sus ojos se adaptaran nuevamente a la luz, parpadeó varias veces y los talló. Sintió un peso aplastar su cuerpo y al abrirlos notó que era Ino.
- Ganamos, Hika. -susurró en su oído- La pesadilla terminó.
- Yo creo que recién va a comenzar. -se levantó con ella encima y se tomó un momento para observarla- Gracias al cielo estás viva.
- Y tú también, esto no va a terminar aquí. Vamos a seguir luchando juntas, cómo siempre lo hemos hecho.
- Vamos a estar bien. Se los prometo. -Inosuki se acercó a ellas y extendió ambas manos para ayudarlas a ponerse de pie. Antes de que pudiera tomar la mano de su madre, un par de manos la tomaron por la cintura y el brazo para ponerla de pie.
- No voy a dejarte sola.
Claro, quieres consolarme ahora queNeji no está.
Sacudió la cabeza borrando ése comentario tonto e hiriente de su mente.
- Mamá, ¿ahora qué sigue?
- Bueno, tenemos que tomar todos los cuerpo y cada quién volver a su aldea. Los líderes de cada una y los capitanes de las divisiones comenzarán a recapitular los daños y pérdidas. De hecho, deberíamos comenzar ya. -la rubia dió media vuelta para comenzar a trabajar nuevamente pero notó cómo apretaba ambos puños- Ya tendremos tiempo para lamentar nuestras pérdidas.
- Hablaremos después, tengo una aldea bajo mi responsabilidad. -dejó un beso en su frente y el pelirrojo se marchó al igual que su madre con Ino pisándole los talones.
A unos pocos metros de ella, vió a Tetsurama lanzarse a los brazos de Tenzō que afortunadamente estaba vivo. Hizoka colocó una mano en su hombro llamando su atención.
- Vamos, Hika-chan, hay que darnos prisa. Busquemos su cuerpo.
Le sonrió a medias y asintió con un movimiento de cabeza.
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La ceremonia en honor a los caídos durante la guerra había sido bastante emotiva. Enterraron a un montón de amigos y familiares, de camaradas de la hoja. Pero a Neji, el prodigio del clan Hyūga, no. Fue mencionado que el héroe que dio su vida por Naruto, el héroe de la cuarta guerra ninja. Pero su nombre no estaba tallado en esa piedra que honraba a los caídos, simplemente Neji no estaba, la tierra se lo había tragado.
Tomó asiento debajo del gran árbol frente a la cascada dónde solían reunirse, ése mismo lugar que presenció cómo casi daban su primer beso o se reunían a ver fuegos artificiales. Clavó tres kunais en la tierra y conectó con el árbol, los entrelazó con un hilo, dejó una fotografía de Neji y un ramo de girasoles.
- Te prometo que voy a buscarte hasta debajo de las piedras. Voy a encontrar al responsable de tu desaparición y va a pagar con sangre el haber deshonrado tu muerte. Te lo prometo..., yo sí voy a cumplir mis promesas. -tapó sus ojos con ambas manos que estaban recargadas sobre sus rodillas, pasó un rato en silencio hasta que volvió a escuchar otra voz.
