11 de marzo del 2014
La lluvia caía con fuerza, mi cabello estaba empapado y las gotas bajaban por mi rostro. Los truenos que caían e iluminaban el cielo me hacían temblar.
Mi suéter de los Power Rangers estaba lleno de lodo, el hecho de verlo me hacía imaginarme la regañada que me iba a llevar. Este suéter había sido uno de los últimos regalos de mi padre, le tenía demasiado aprecio y no quería que mi madre me dijera que estaba arruinando por mi culpa y lo tuviera que tirar a la basura.
Vi mi casa emocionada, estaba seguro que un baño con agua tibia y una comida caliente preparada por mi madre me estaba esperando adentro. Al llegar al portón me encontré con la puerta de la entrada abierta, era extraño porque mi mamá solía cerrarla siempre con llave, sobre todo después de lo que le pasó a papá.
El interior de mi casa siempre me dejaba impresionado cada vez que entraba, fotos familiares, fotos con amigos, pinturas y decoraciones con clase. En la mesita de la sala había una foto con mi mejor amigo, Damián. Nuestros padres son amigos desde hace mucho tiempo por lo tanto es el primer amigo que tuve, suele ser amargado y olvidadizo por lo que le ocurrió, pero no importa siempre será mi amigo y tendrá mi ayuda cuando lo necesite.
Entré a la cocina esperando encontrar a mamá cocinando algo delicioso, pero me encontré con una cocina vacía y con casi todos los platos sin limpiar. Otra cosa inusual porque mi mamá odiaba dejar la cocinan sucia, de seguro salió un momento o se quedó dormida.
Subí por las escaleras a buscar una toalla para secarme, colgado en la pared estaba la última foto con mi papá, nosotros dos en el Causeway montando bicicleta. Mi padre era un hombre de cabello rubio y lacio, ojos verdes, de estatura mediana. No sé si era algo bueno no parecerme para nada físicamente a mis padres, salí con el cabello negro y ojos oscuros lo cual le llama la atención a todas las personas que nos ven juntos, la diferencia es abismal.
Al llegar al piso de arriba escuché el sonido de la de la ducha proveniente del baño.
—¡Mamá! ¿Te estás bañando? —Pregunté
El sonido del agua caer seguía y no hubo respuesta. Me acerqué con pasos lentos hasta la puerta del baño, sentí que mis pies tocaban algo húmedo. Miré hacia abajo y vi que el agua se estaba saliendo del baño, el agua tenía un poquito de color rojo de seguro por un shampoo o jabón.
—¡Mamá el agua se está saliendo! —Grité con fuerzas
No hubo respuesta.
Toqué la puerta con varias veces, por tercera vez no hubo respuesta.
Toqué una vez más la puerta para ver si esta vez habría respuesta, fue absolutamente en vano. Decidí abrir la puerta...
Al entrar vi que como un gran charco de agua colorada estaba en todo el suelo del baño, al ver la tina vi que estaba toda roja, mi mamá estaba flotando en esta sin mover ni un solo dedo, su piel se veía pálida.
—¿Mamá? —Pregunté mientras me acercaba con pasos lentos
Mi corazón latió con fuerza, vamos solo debe de estar aguantando la respiración ¿No?
—Madre sal del agua por favor—Dije mientras las piernas me temblaban al estar más cerca de la tina
Esto no puede estar pasando de nuevo...No por favor.
—Ma...ma ¿Madre?—Dije mientras mis ojos se comenzaban a llenar de lágrimas
Entonces vi la tina, estaba roja y oscura, el cuerpo de mi mamá flotaba sobre su propia sangre, horrorizado metí mis manos en el agua para sacar a mamá. Al sacarlo un poquito vi su rostro pálido y sus ojos abiertos de par en par, sus muñecas estaban cortadas.
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El Fragmento del Creador
FantasyCategoría: Fantasía Oscura Damián Heerse sufre de amnesia desde los ocho años, provocado por un accidente, o al menos eso dicen sus padres los cuales no muestran ningún tipo de afecto hacia él. Lidiando con el abuso escolar y el maltrato en casa un...