30. Juan VI

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22 de abril del 2014

Eran las cinco de la mañana, me encontraba acostado en mi cama preguntándome que quería hacer realmente con mi vida.

No me hace gracia que Damián ya no vendrá a la escuela y pese que me llevo mejor con Rodolfo y Carolina, que son muy agradables el cambio lo siento muy brusco.

Por supuesto que Sebastián está muy feliz con toda la nueva compañía, sobre todo si puede estar cerca de la Susana. En los últimos días nos ha estado entrenando para aprender a sobrevivir contra los demonios, con cada día que pasa se hace más evidente que no haremos un avance significativo.

Recuerdo aquel día donde me encontré con el asesino cara a cara, la pila de muertos de personas que habían entrenado una gran parte de su vida para proteger a otros. Todos en el suelo, empapados en su propia sangre, algunos con los sesos afuera.

Ese hubiera sido mi destino si Susana no llegaba a salvarme, sus reflejos y velocidad sobrehumana me sorprendieron, no era lo que esperaba. Pero todo esto en conjunto ha hecho que una pregunta aparezca en mi cabeza.

«¿Quién rayos es Susana? No sabemos nada de ella»

Otra cosa destacable es que nunca oímos nada respecto a su familia, no hace comentarios de cómo es su casa o sus salidas familiares, mis padres están muertos, pero yo cuento que actividades solía hacer con ellos. Susana no dice nada al respecto, ni sus nombres.

Sebastián no tiene problemas con esto porque sus neuronas se quemaron el día que la vio, no cuestiona nada y solo la alaba. A lo mejor solo sea una chica reservada y yo me estoy equivocando, pero es sospechosa.

Cuando vi el aspecto de Damián me hizo preguntarme si debería seguir hablándole a Sofía, el asesino me vio y sabe que soy amigo de Damián por lo tanto Kevin ya tiene idea de quién soy. Yo podría ser de los mayores enfoques junto con Sebastián y cualquier persona con la que me relacione corre peligro.

«No pude llegar a tiempo para Damián y estoy involucrando a Sofía en esto, es buena chica y puede terminar muerta por mi culpa»

Las imágenes del cadáver del padre de Juliana aparecieron por mi mente, como su lengua salía por su cuello y como ella gritaba aterrorizada mientras su homicida la perseguía. No tenía ni el coraje o la fuerza para hacer algo, carezco de ambas.

Damián ya tenía suficiente con el abuso de sus padres y el bullying ¿Por qué le tuvo que pasar esto a él? De la misma manera Juliana parecía un ángel, pero la mataron sin haberla dejado crecer.

«¿Dónde está la justicia en este mundo?»

Sonó mi teléfono celular, era un mensaje de texto. Esperaba que fuera de Sofía, pero lastimosamente era de Dave preguntándome si le quiero comprar unas latas de cerveza. Tenía que admitir que tenía ganas de responderle, ese estado de ebriedad me producía cierta calma y con todo lo que estaba ocurriendo me hacía falta. Necesitaba el escape.

Estaba escribiendo mi respuesta para reunirnos en el lugar de siempre, pero me detuve en seco, no podía seguir con eso. Mis notas estaban mejorando y tengo el riesgo de ser atacado, si volviera a tomar todo se vendría abajo. Decepcionaría a Sebastián, Sofía, Damián y a mis padres que en paz descansen. Ya varios estudiantes habían sido descubiertos tomando en los últimos meses, fueron expulsados sin la oportunidad de poner excusa. Si me llegan a descubrir será mi fin, porque mis notas y conductas de este año no son nada bonitas.

Borre todo el mensaje y apague el teléfono. No puedo volver a eso, si sigo por ese camino me va a destruir. Me ha costado demasiado parar y motivarme a mí mismo para cumplir con la escuela para tirar todo a la basura.

El Fragmento del CreadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora