23. Marcos

124 32 54
                                    

31 de marzo del 2014

Esta semana no podía ser mejor, salíamos temprano, buenas calificaciones y más fiestas, con Charles y Clare. Dicen que el primer año de secundaria apesta por la cantidad de tareas y ejercicios, pero la solución para no romperte la cabeza es la copia, Clare y Rodrigo siempre me pasan las respuestas y no me tengo que preocupar por estudiar la noche anterior.

De camino al nuevo salón de clases del séptimo no puede evitar pensar en mi primer día aquí, como Charles me invito a juntarse con sus amigos a pesar de ser su compañero de habitación de un día a otro y solo llore toda la noche porque no entendía que estaba sucediendo. No me culpo, el tiempo que pase en el orfanato fue horrible, no sé si a Charles le dijeron con anticipación mi situación, pero fue bueno conmigo.

«Hubiese preferido nacer un poco antes y estar en la promoción de Charles así no estaría con estos fracasados, solo hablan de tonterías.»

Pasé al lado de una chica de ojos verdes justo antes de llegar a la puerta de mi salón, pero no le preste mucha atención. Aquí me encontraba...salón de clases nuevo porque el anterior explotó.

«A pesar de salir temprano por los últimos accidentes tengo que seguir viniendo como si no hubiera pasado nada ¿Cómo esto no está en el periódico o en el canal de noticias? Varios inspectores y guardias murieron en la explosión y no se ha hablado nada al respecto sin dejar de lado que mi compañero de salón quedo en el hospital y no nos han dado noticias de él»

Abrí la puerta y me encontré con un salón casi vació, de las cincuenta personas que asistíamos solo vinieron 17. No me sorprende ya que con todo lo que ha pasado cualquiera tendría miedo de ir a clases, un asesino y una explosión de gas ¿Qué más podrías pedir en un colegio para tener una alta tasa de mortalidad? Solo falta que aparezca Voldemort en el colegio.

Me senté en la primera silla que encontré, el grupo de amistades de Damián no había venido, ni el perro faldero o el chico alcohólico y tampoco la chica nueva que tiene a todos comiendo de su mano.

«No entiendo como ella se puede juntar con esos fracasados, nadie quiere amigos de ellos solo traen problemas y son raros, sin mencionar que es un tridente trágico. Todos saben del pasado trágico de Juan, su madre se mató en la bañera y la única chica que fue amiga de esos perdedores la mataron el día de su cumpleaños»

Escuché un golpecito en el tablero, era el subdirector Humbert, no había notado que estaba ahí. Podía contar las veces que había visto al subdirector en persona con mis dedos, siempre manda cambios en el reglamento y circulares, pero rara vez da cara. Se veía de aproximadamente treinta y cinco años, tez blanca, ojos verdes y unas entradas notables, su cabello estaba perfectamente peinado. En su mano derecha había un anillo de color verde, no estaba seguro, pero podía jurar que tenía un dibujo de una serpiente comiendo una manzana, un anillo muy extraño.

—Como saben mis jóvenes estudiantes hace unas semanas hubo una explosión de gas en nuestras instalaciones, varios trabajadores murieron y hubo un estudiante afectado—Humbert comenzó a caminar entre las sillas—Ya se ha hecho una revisión y el problema está resuelto, aún no darán clases en su aula vieja porque está siendo limpiada.

«¿Están limpiando qué? Si fue una explosión no hay mucho que limpiar, que respuesta tan vaga ante algo que nos puedo haber matado a todos»

Varios de mis compañeros comenzaron a murmurar entre ellos, en sus rostros se notaba el miedo de que vuelva a pasar algo, hasta yo podía sentir un escalofrió recorrer mis espaldas.

«¿Y si el siguiente es Charles? ¿O Clare? ¿El subdirector dirá que solo fue un pequeño accidente? Entiendo que quieran mantener el prestigio de la escuela, pero no hay necesidad de mentirnos a nosotros, una gran porción vivimos aquí y la consideramos nuestro hogar me parece una falta de respeto que nos mientan en nuestras caras»

El Fragmento del CreadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora