59. Kevin Bauer II

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«¿Qué puedo hacer para salvar a Duncan, Selene y Marcos?»

Mis heridas no sanarían a tiempo, Marcos es un niño y Selene no sobreviviría sola enfrentándose a la bestia, Duncan se había quedado sin un brazo y a diferencia de Selene este no crecería de vuelta. Tenía que salvarlos a toda costa.

El brazo de Selene regresó a su posición natural, sus cortadas cerraron y sus quemaduras sanaron. Iba a atacar a la bestia, pero frenó en seco. Era en vano atacar porque la diferencia de poder era de la tierra a Plutón, no teníamos oportunidad. Nuestro compañero más poderoso estaba neutralizado porque la criatura está hecha de cristales del inframundo que reflejan magia.

«Deberíamos huir...no tiene caso enfrentarse a esa monstruosidad creada por un hombre vil»

Con culpa y angustia vi la cabeza de infantes que rodeaban el cuerpo de la criatura...son solo niños como Marcos, como alguna vez lo fue Gretchen.

«Si hubiera podido ponerle las manos encima a Josef Mengele...lo que lo hubiera hecho»

Marcos, con los ojos vidriosos y temblando sostuvo el lápiz explosivo que le había dado cuando fuimos a investigar la masacre del colegio de Inglaterra. No podía evitar encontrar similitudes con ella...con Coline. Era impresionante cuanto se parecían, era como verla de nuevo.

«Después de todo es su nieto»

El nieto que si no se me ocurre algo morirá como Anders, perecerá en esta habitación ilusoria. Mi torso no había sanado por completo, pero ya podía respirar sin sentir que tenía los pulmones quemados, sintiendo la carne viva tocar el suelo me apoye para sentarme.

—No entiendo porque no estás sanando al ritmo usual—Dijo Selene viéndome

Tosí y escupí al suelo sangre con cenizas. Aún sin haber sanado del todo mi garganta traté de articular lo mejor posible.

—Deberíamos...ocultarnos—Tosí—No...tiene—vomité un líquido rojizo con negro—Caso...enfrentarlo—Logré terminar

Selene asintió con la cabeza.

—Tiene lógica, no contábamos con que ocurriría esto... ¿No es extraño que nos encontremos con una bestia que contrarreste a Duncan? Comenzando con el hecho de que conseguir cristales del inframundo es casi imposible...y de alguna manera consiguieron una cantidad ridícula de ellos—Dijo Selene

«Selene le había dado en el clavo. Esto no es una coincidencia»

—Marcos...usa el lápiz que te di—Señalé con el dedo quemado la pared que estaba detrás de nosotros—Intenta volar esa pared para ver si nos abrimos una vía de escape—Terminé la oración mientras mi garganta cicatrizaba

Él asintió con la cabeza y apuntó a la pared, sacudió el lápiz dos veces y un destello rojizo me cegó por unos instantes. El muro se vino abajo y no pude evitar sonreír, teníamos posibilidad de escapar. Marcos siguió agitando el lápiz cuantas veces pudo creando un camino. Selene me ayudó a ponerme de pie y apoyado en su hombro caminamos hacia la ruta de escape.

—¡Duncan! ¡Por aquí! —Gritó Selene

Duncan ensangrentado, jadeando y sin un abrazo alzó la vista hacia el agujero que había creado Marcos. Se desplazó en el aire hacia el agujero evadiendo las garras de la bestia a duras penas, al llegar Marcos regresó para ayudarlo a apoyarse, la bestia entendió que queríamos escapar y dio un salto reduciendo nuestra ventaja. Duncan con un movimiento de su bastón hizo que el techo se viniera abajo sellando nuestra entrada.

Una luz resplandeció en el túnel que Marcos había creado, el hechicero detuvo el sangrado de su brazo cortado, jadeando y sudando se apoyó en la pared viscosa.

El Fragmento del CreadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora