4 de mayo del 2014
10:40 P.M
Posterior a la cena llena de seres bizarros fui a la fiesta de Dean en su mansión, ahí ya me esperaban Charles y Clara que estaban algo pasados en bebidas. Fue algo problemáticos encontrarlos porque había demasiadas personas, en la entrada de la mansión había un grupo vomitando y al entrar otros besándose, escabullirme entre ese tipo de personas y la basura del piso sin dejar de lado el vómito de las personas borrachas me dificulto llegar a la gran piscina.
La piscina estaba repleta de estudiantes de mi escuela, pero estos no estaban tan mal como los desconocidos de la entrada, pude distinguir en la piscina a varios del equipo de baloncesto y a los hijos del presidente de Panamá. Carlos y José Martens de diecinueve y dieciséis años respectivamente. Sentados cerca de la piscina encontré a mis amigos que estaban tratando de terminar sus latas de Balboa.
—¡Finalmente apareciste enano!—Gritó Charles lleno de emoción yéndose de lado en la silla
Retuve la silla antes de que mi amigo se fuera al piso, con esfuerzo lo volví a enderezar.
—Marcos andas extraño—Comentó Clara soltando unas risitas
—¿Cuánto han tomado chicos? Charles no puedes llegar así al colegio y Clara tu padre nos va a matar si te viene a buscar y andas así—Dije mientras aprovechaba para alejarles las latas de su alcance
—¡Eso que importa Marcos! El mundo se esta viniendo abajo ¿Y qué podemos hacer? Tomar hasta que se nos olvide—Replicó Charles levantando un dedo
—Charles déjate de pendejadas no te pueden botar de colegio por llegar ebrio, el mundo no se esta viniendo abajo—Repliqué viendo para ver si veía a Dean Astor para que me ayude
—Guerras, desapariciones, problemas de radiación...¿Cómo que no se esta acabando el mundo? Ya están considerando prohibir la venta de pescado, nos quedaremos sin ceviche, salmón y sushi enanito—Habló Charles entre risas
Me llevé las manos a la cara.
«¿Por qué tomó tanto? Charles odia el licor»
—Marcos ¿Soy fea? —Interrogó repentinamente Clara
La observé incrédulo.
«¿Desde cuándo a Clara le importan esas cosas? ¿Qué les paso a estos dos?»
—Chicos ustedes están mal, voy a buscarles agua para que bajen el licor—Informé
Clara asintió con la cabeza y Charles balbuceó cosas que no comprendí. Me levanté de la silla dispuesto a buscarle agua a estos dos. La mansión de la familia de Dean era magnifica, el patio donde nos encontrábamos podía ser mucho más grande que el terreno de una escuela de la capital, acompañado de un trabajo de jardinería impecable y la piscina gigante que usaban los hijos del presidente con estudiantes del Instituto Seele. Había una especie de bar donde uno de los amigos de Dean estaba sirviendo tragos, ahí había fila para esperar su turno.
Pasé de largo y me dirigí a la cocina ya que tenía algo confianza para ir directamente a buscar agua. Entré a la mansión, en la sala había cuadros de pinturas elegantes que podían costar una barbaridad de dinero, acompañado por fotos familiares de los cuatro integrantes de la familia Astor, los padres de Dean, él y su hermana menor, Agna de quince años. Tez blanca y un cabello fino azabache, sus ojos oscuros y una nariz chica. No mucha gente sabe que tiene una hermana, pero hay una buena razón para esto.
Una vez Charles me confesó que Dean le contó que su hermana mataba a todas las mascotas que sus padres rescataban, no duraban seis meses. Los estrangulaba, los quemaba o incluso los ahogaba en la piscina. Algo que horrorizo a la familia de Dean desde temprana edad, por eso recibe terapia y se educa en casa, así no habría rumores sobre la familia circulando en el país.
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El Fragmento del Creador
FantezieCategoría: Fantasía Oscura Damián Heerse sufre de amnesia desde los ocho años, provocado por un accidente, o al menos eso dicen sus padres los cuales no muestran ningún tipo de afecto hacia él. Lidiando con el abuso escolar y el maltrato en casa un...