41. Sebastian VI

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20 de mayo del 2014

La cabaña era modesta, no muy grande pero tampoco se sentía minúscula, viéndola de afuera no parecía tener nada de especial. El sonido del agua correr por el rio me relajaba, sin tomar en cuenta que casi muero por esa agua.

En la entrada había un anciano sentando sobre una piedra, tenía la piel morena, una barba larga y un cabello canoso fino. Debía ser el abuelo de Nealie. Él clavó sus ojos oscuros en mí.

—Nieta ¿Ese es el chico que rescataste?—

Nealie respondió con tranquilidad.

—Correcto—

El anciano acarició su barba.

—Oh ya comprendo ¿Puedes confiar en él? —

—Si no sintiera que pudiera confiar no lo hubiera traído, además Natiril nos pidió que lo trajéramos—Contó Nealie

«¿Por qué ese Natiril quiere verme?»

—Ya veo...es inusual que el Natiril quiera ver a un humano fuera de nuestra familia—Dijo el anciano

Nealie se detuvo y me observó de arriba abajo con cuidado.

—¿Te sucede algo? Estas en silencio Sebastián—

El asesinato de Susana no salía de mi mente ni cuando quería dormir, el niño suplicando piedad, la cara de la niña demonio que no entendía porque la mataban y...

—No acribillen al chico con esas preguntas, no ven que está agotado y algo ansioso ¿Acaso no es común en los humanos a esa edad? —Interrumpió una voz masculina

Nealie y su abuelo abrieron los ojos sorprendidos.

Me di la vuelta y vi a un hombre mayor, con los ojos verdosos como las hojas de los árboles, una barba larga hasta la cintura y un cabello de distintos colores. En sus hombros había ardillas y varios insectos, sobre su cabello había un azulejo.

—Puedo tener una idea de lo que pasa por su cabeza—Comentó el desconocido

Nealie y su abuelo se dirigieron una mirada.

—¿Natiril? No esperamos verte tan pronto—Dijo Nealie

—Quería hablar con Sebastián desde hace un tiempo—

Me sorprendí al escuchar mi nombre, no esperaba que un ser mágico supiera de mi existencia con lo desapercibido que paso en el colegio. No creo que pueda leer la mente y dudo que Nealie le haya contado de mí.

—¿Cómo sabe de él? Nunca se lo mencione—Preguntó Nealie incrédula

—Sé muchas cosas jovencitas, recuerda que llevo siglos existiendo y soy el amo de la naturaleza—

«¿Será como los demonios? Susana menciono que eran muy longevos»

—¿Sebastián puedes acercarte más? —Preguntó

Me acerqué como pidió y me observó con mucho cuidado, pude creer que sonrió, pero no estaba seguro. Una mariposa azul paso volando frente a mis ojos y se puso en mi hombro derecho, sorprendido por su comportamiento iba a quitarla con delicadeza, pero la mano de Natiril me detuvo.

—No la quites ella quiere estar ahí—Comentó el dios

—Disculpas—

Él hizo un ademán para que lo siguiera.

—Vamos a dar un paseo, hace un buen tiempo para caminar—Sugirió Natiril

—¿Con este sol?—Cuestioné

El Fragmento del CreadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora