8. La Despedida

363 58 141
                                    

2 de noviembre del 2013

—¡Damián! ¡Estás castigado hasta que yo te diga lo contrario! —Gritó Ametria

—¿Cómo se te ocurre hacer una fiesta en nuestra casa? Dejándola hecha un desastre, maldito niño deberíamos arrojarte a la calle—Bramó mi padre mientras estrellaba un jarro con flores contra la pared

Amelia apretó los puños con fuerza, mi hermana estaba muy cabreada.

—¿Cómo le pueden echar la culpa? La que tuvo la idea e invitó a todos fui yo, no fue él ni nadie más. Grítenme, así como le hacen a él, no es justo y ustedes lo saben—Replicó Amelia

—Amelia ¿por qué te gritaríamos y te arrojaríamos a la calle? Eres buena chica, estudiosa, tranquila y hermosa. Eres un buen ejemplo de lo que es ser una Heerse, tu hermano menor es un fracaso por todas las áreas—Respondió mi padre

«Esto es todos los días, sé que me quieres hermana, pero ya te deberías rendir»

—Das ist scheisse und  falsch...e hipócrita. Es su sohn al igual que yo ¿Ustedes planean que me vaya tranquila a Inglaterra con nuestro onkle Benjamín cuando tratan a mi hermano menor así? Debería darles vergüenza la clase de Eltern que son—Clamó Amelia

—Cuida esa boca jovencita, puedes ser nuestra favorita, pero eso no quiere decir que nos puedes faltar el respeto. No es como si fueras de vacaciones con tu tío, irás a una escuela especial para chicas como tú, te aceptaron por tus altas calificaciones y otros parámetros. Ahí recibirás la mejor educación posible y si es posible Benjamín te enseñará sobre el legado familiar—Explicó Ametria

Mi hermana se paró de la silla del comedor y le pego a la silla la cual se quebró levemente. Mis padres abrieron los ojos como platos ante la reacción de su hija. Papá me dio un puñetazo en el ojo súbitamente y caí en el suelo agarrándome el ojo con ambas manos. Mi papá alzo nuevamente su mano, pero antes de que me diera una fuerte cachetada para torcerme la cara Amelia se interpuso recibiendo el golpe.

Ametria Vasileiou, mi madre fue a atender a Amelia, pero esta la alejo con un visaje, mi hermana tenía el cachete rojo por la fuerza del golpe.

—¡Sie sind scheisse!—Gritó Amelia

Tomé del hombro a mi hermana.

—Amelia cálmate no es para tanto, yo estaré bien tu solo vete con nuestro tío—Le dije

—¡Claro que no estarás bien! ¡Y tú lo sabes! A mí no importa recibir la mejor educación o estudiar en el extranjero, yo soy feliz aquí lo tengo todo. Tomaron una decisión por mi como si fuera un peón ¿De qué me sirve aprender del legado familiar? Si lo único que me han demostrado en mis 16 años de vida es que son unos egoístas que solo preocupan por ustedes y por nadie más—Bramó Amelia

—Nosotros te amamos Amelia, eres nuestra hija, pero tú hermano...si es que lo podemos llamar así no debió nacer—Escupió Ametria sin escrúpulos

«¿Tantos años te costó decir la verdad madre? Que me odias y que solo cumples con la obligación que la sociedad te impuso»

—¿Cómo te atreves a decirle eso a tu hijo? Damián no pidió nacer y mucho menos tenerlos a ustedes de padres—

—Cuando entres a tu nueva escuela te entenderás porque te enviamos allá, cómo eres una chica lista también entenderás a que nos referimos con legado familiar. Si no hubiesen robado la llave del sótano no estaríamos considerando tirar a Damián afuera—Respondió mi padre

—¿Qué importancia tiene? Ni Amelia o yo sabemos qué hay dentro del sótano, solo ustedes dos han entrado. Si no esconden cuerpos o drogas no deberían de preocuparse—Dije

El Fragmento del CreadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora