Una pradera llena de animales y flores me hizo rascarme la cabeza, no debería estar ahí...debía estar en un mundo donde las flores que conozco mueren por el frio y los animales son enterrados bajo nieve. Repentinamente caí en cuenta que estaba sentada sobre una silla mecedora en el portón de la cabaña, no sentía calor o frio, el viento no soplaba con naturalidad, parecía ir hacia arriba o diagonal en lugar de venir de al frente o los lados.
Aves extrañas volaban sobre el cielo sin emitir un sonido, el cielo no era del celeste que vi durante mayor parte de mi vida, era de un color amarillento con verde. Sentía mis piernas más largas de lo usual, había algo muy raro en este lugar. Me puse de pie y me percaté que era más alta, me acerqué a un balde de agua y observé mi reflejo
Mi rostro ya no era de una preadolescente, ahora era una adulta con los rasgos más definidos.
«¿Qué está ocurriendo aquí? ¿Por qué he crecido?»
La puerta a mis espaldas se abrió de golpe y me llevé la mano a la cintura esperando tener mi daga, pero no había nada. Una niñita de ojos miel y cabello marrón rojizo y pecas se detuvo en seco en la puerta, su cabello tenía bucles.
—¿Madre esta todo bien? Mi hermano dice que ya se siente mejor—Dijo la niñita
«¿Madre?»
Retrocedí alzando mis manos, esto no esta bien...este lugar no es natural.
—¡Duncan! ¡A nuestra madre le está dando otro episodio! —Bramó la niñita
Oí unas pisadas en el suelo de madera aproximarse, la niña se movió para que su hermano de la misma edad pudiese pasar. El niño era parecido a mi madre fallecida, nariz pequeña, ojos chicos y un cabello oscuro y lacio. Llevaba el nombre de mi padre...
—Sasuan tal vez nuestra madre este harta de que pidas más bosques y montañas—Dijo Duncan Jr.
Sasuan la pequeña negó con la cabeza.
—Mamá no está aquí ¿Acaso no ves que esta alterada? No parece reconocer nuestro mundo y mucho menos a sus propios hijos—Habló Sasuan
Bajé los escalones de madera lentamente, no vi ningún indicio de que aquellos niños pudieran ser elfos intentando hacerme caer en uno de sus trucos.
—Madre—Dijo Duncan mientras daba un paso al frente
Hice un ademán para que se detuviera.
—¿Escúchame sí? No hay ningún colegio, nosotros ni sabemos que es uno, no existe ningún rey llamado Alfur, no hay ni un tipo de amenaza...no existen los humanos, elfos o demonios. Los únicos que estamos en este lugar somos nosotros—Explicó Duncan
«Tenía que ser un truco planificado por un elfo muy astuto...usando la inocencia de niños para esto»
Busqué con la vista algo que pudiera usar para defenderme de estas criaturas, no había nada que pudiera usar como arma. Estaba jodida.
Iba a correr, sin embargo, mis piernas respondieron de manera tosca y caí al suelo
Tres años después...
Unos jalones bruscos me despertaron, era el niño demonio que le gustaban las historias que encontramos en aquella fortaleza hace ya mucho tiempo. Me recosté contra la pared de hielo de la celda.
«¿De nuevo soñé con esos?»
—Mataron al chico que llegó hace tres noches, lo pusieron a luchar contra dos gigantes que lo partieron a la mitad—Dijo Uli
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El Fragmento del Creador
FantasyCategoría: Fantasía Oscura Damián Heerse sufre de amnesia desde los ocho años, provocado por un accidente, o al menos eso dicen sus padres los cuales no muestran ningún tipo de afecto hacia él. Lidiando con el abuso escolar y el maltrato en casa un...