Estaba en medio de una muchedumbre, caminaban de un lado a otro conversando sin darse cuenta de mi presencia. No sabía dónde me encontraba ni como había llegado. Las personas eran más o menos de mi edad, con uniformes elegantes de color celeste y blanco lo cual me daba a entender que me encontraba en una escuela, este colegio no estaba hecha igual que las otras. Las paredes y el suelo eran de piedra como si fuera un castillo de la época medieval, esto lo reforzaba el hecho de que no viera ninguna señal de luces eléctricas y antorchas apagadas en la pared
Perplejo, vi con atención mi entorno, no había ventanas de vidrio o la más mínima señal de algo moderno. Nada de esto tenía sentido.
«¿Por qué no me ven?»
Una chica de cabello dorado paso a mi lado, me giré para no perderla de vista. Me sonaba, no obstante, no tenía idea de dónde la conocía. Traía el mismo uniforme que el resto así que era evidente que estudiaba en esta escuela, a diferencia de los otros la chica solo llevaba una especie de diario en sus manos y tenía una marca en la cabeza posiblemente producida por un golpe. Caminé detrás de ella ignorando a las otras personas, me sentía incómodo siguiéndola de esta manera, pero no creo que lo note, nadie me ha notado hasta ahora.
Atravesamos varios pasillos, creí que daba a un aula, pero ella solo daba vueltas sin rumbo. Se mantuvo así por aproximadamente quince minutos hasta que dio con una chica y un chico unos años mayores que ella, podían tener la edad de mi hermana ni más o menos. Me acerqué con cuidado para poder escuchar su conversación.
—¿Qué nos querías contar? Dijiste que era urgente—Preguntó el chico moreno de cabello crespo
La chica que lo acompañaba tenía el cabello marrón claro y unos ojos de un tono marrón verdoso, tenía un rasguño destacable en su mano derecha, unos arañazos de lo que pareciera ser un gato.
—Esa es—El resto de la oración fue interrumpida por un gran pitido en mis oídos
Me tapé los oídos ante el sonido agudo, me causaba una migraña escuchar ruidos tan agudos, pero no sabía de dónde provenía. Aunque los cubriera no se detenía.
—Anna ¿Estás segura? —Preguntó la chica rubia que había estado siguiendo
—No es posible—
De nuevo el maldito pitido. No me dejaba seguir escuchando la conversación. La chica rubia se dio la vuelta y se me quedo mirando fijamente, me quede petrificado sin saber cómo reaccionar. Los amigos de la chica se le quedaron mirando a esta confundidos, no comprendían o más bien no veían lo mismo que ella.
—¿Qué estas observando? —Preguntó Anna
—Es él de nuevo—Respondió señalándome con el dedo
Sentí un inmenso dolor de cabeza, varias imágenes aparecían en mi mente, cosas insignificantes como caminatas con mi hermana hasta el día que murió Juliana, las veía y recordaba de manera desordenada. Podía distinguir a ciertas ver personas en estas imágenes, pero no exactamente que sucedía o quienes eran. Es un remolino de imágenes y voces, el dolor se volvía cada vez más intenso.
—¿Quién eres tú para desafiarnos? —Preguntó una voz gruesa y profunda
«¿Qué es esto?»
—¿Por qué debería dejarlos con vida? —
"Quiero que se detengan, es demasiado"
—¿Dónde estás Daniel? No puedo ver, todo está oscuro—La voz femenina se detuvo por unos instantes—¿Acaso fracasamos de nuevo? Vamos a morir en vano nuevamente
"Son demasiados nombres, voces y gritos ¡Deténganse! No quiero escuchar nada..."
—Es cruel pero no tengo otra opción, estoy forzada a hacerlo...es amor—
ESTÁS LEYENDO
El Fragmento del Creador
FantasyCategoría: Fantasía Oscura Damián Heerse sufre de amnesia desde los ocho años, provocado por un accidente, o al menos eso dicen sus padres los cuales no muestran ningún tipo de afecto hacia él. Lidiando con el abuso escolar y el maltrato en casa un...