2 de abril del 2014
Los rayos del sol iluminaban la habitación, presentándome otro día más, otro día en el cual sigo respirando.
«¡Pero a estas alturas de que sirve respirar! Lo único que podré hacer el resto de mi vida es estar acostado en esta cama hasta que me pudra...»
Tenía cerrado el único ojo que me quedaba, yo ya no estaba interesado en nada, no quería ni observar mi propia habitación. Estaba condenado a pasar el resto de mi vida aquí, no podré seguir jugando futbol o explorar los alrededores de la escuela con Susana y mis amigos. Ya tenía suficiente con ser juzgado con algo que no era mi culpa, pero esto...no tiene solución por ningún lado.
«Mis memorias que están hechas un desastre tampoco mejoran la situación, cada vez que me despierto olvidó algo de mi vida y recupero otros fragmentos de esta. Puedo recordar el nombre de mi hermana, que era buena conmigo, pero no que le pasó ¿Por qué no me visita? ¿Estará en otro sitio? ¿O ocupada? La verdad es que ni puedo formular una respuesta por mi cuenta. Recuerdo a mis amigos hasta cierto punto, Juan era el que conozco desde chico y del tal Sebas muy poco»
Es frustrante...es como si estuvieras atrapado en una cueva y no ves ningún rayo de luz para saber que hay esperanza, si hubiera uno. En las historias de fantasía el héroe tiene talentos de nacimiento, nunca pasa dificultades...es especial. Cada vez que sucede algo lo supera como si fuera invencible, siempre supera todo, porque esta por encima de lo corriente.
"¿Ellos serían capaces de levantarse de esta situación? ¿Podrían encontrar la manera de seguir con sus vidas a pesar de que no hay nada?"
—¡Mira salió el sol! —Adelina exclamó con emoción
Abrí el ojo, ella estaba mirando por la ventana el día soleado con asombro. Su cabello gris estaba bastante largo, no lo había notado ayer cuando la conocí, había mechones blancos, pero una minoría.
«Adelina es una chica que no comprendo, está muy mal de salud y ella se comporta como si lo tuviera todo»
Mire aquel diario donde tiene sus historias escritas, su pasión por contar historias que lleva ese diario donde quiera que vaya, sin mencionar que gran porción del día se la pasa leyendo. Pero ella aún puede caminar, no tiene todo el cuerpo quemado como yo. Si me quitaran las vendas de seguro pareceré un monstruo, todos saldrían corriendo al verme. Tendré que pasar toda mi vida aquí, solo y ella saldrá más pronto que yo.
«Ni para decir que todavía puedo jugar videojuegos, ni las manos me sirven. Hasta me tendrán que dar la comida como un bebe porque no me puedo alimentar por mi cuenta...es humillante»
—Sé que no puedes hablar ¿Pero ¿cómo te sientes? ¿Te duele algo? Parpadea dos veces con tu ojo para un no y una vez para si—Me preguntó Adelina alejándose de la ventana
«¿Acaso piensa que me causa gracia?»
Cerré el maldito ojo ignorando su pregunta para intentar quedarme dormido nuevamente, tal vez sueñe que camino de nuevo y que no pasare el resto de mis días en cama.
—No te tomes de mala manera, simplemente me preocupa saber cómo te encuentras—Insistió Adelina
«¿Por qué le importaría saber cómo me encuentro? Me acabas de conocer, no tiene sentido que te interese mi vida. De hecho ¿De qué vida estoy hablando? No recuerdo casi nada»
Abrí el ojo y ahí se encontraba ella, sentada al borde su cama con su cabello grisáceo desordenado y sus ojos grises con ojeras.
—Disculpas si te lo tomaste mal, iba a pedir desayuno ¿Te traigo algo? —
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El Fragmento del Creador
FantasiaCategoría: Fantasía Oscura Damián Heerse sufre de amnesia desde los ocho años, provocado por un accidente, o al menos eso dicen sus padres los cuales no muestran ningún tipo de afecto hacia él. Lidiando con el abuso escolar y el maltrato en casa un...