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Nos separamos un par de minutos después, ambas respiraciónes agitadas, aún rastros de lágrimas en nuestros rostros, pero el amor era palpable en el ambiente. Me quedé quieta, disfrutando la tibieza de sus piernas abajo de las mías, de su pecho pegado al mío.
Cuando estoy sobre sus piernas, soy un par de centímetros más alta que él, su cabeza inclinada hacia arriba, mi cabeza inclinada hacia abajo. Nuestras frentes juntas, ojos cerrados y respiraciones rápidas. Sus manos están sobre mi cadera y mis manos sobre los costados de su rostro.
- apesto - hablo bajo, el movimiento de sus labios los hacia rozar con los míos.
- si, un poco - hablé para después sonreír, separamos nuestros rostros para mirarnos. Con cuidado limpie los restos de lágrimas - ¿Quieres tomar un baño? - mi cuerpo tembló cuando dije eso en voz alta. Sentí como los dedos de Jerathel se movían en círculos torpes sobre mi cadera.
- no puedo meter mis alas - hablo con un toque de tristeza - no cabré en el baño - comencé a acariciar su mandíbula.
- creo que puedo resolver ese problema ¿Quieres tomar un baño? - repetí mi pregunta, me dio una diminuta sonrisa, su cabeza se movió de arriba a abajo diciendo que si.
Me baje de sus piernas y tome su mano, soltó un suspiro antes de ponerse de pie. Le dolía, demasiado... Lo veía en su rostro. Comencé a caminar lento mientras Jerathel me seguía. Paso con cuidado por el marco de la puerta, caminamos para después girar al cuarto de mis papás. Abrí la puerta, Jerathel miró, la cama enorme, mucho más grande que una matrimonial, los espacios amplios... Ahora que lo pienso tal vez mi padre estuvo en esta casa teniendo aún alas.
Lo guíe hasta el baño, cuando abrí la puerta y mire a Jerathel encontré sorpresa, sus ojos miraban el enorme baño. Tiene una regadera, pero también hay una tina, circular, grande, tanto como una cama matrimonial.
De pequeña yo usaba este lugar como alberca.
- ahora que se que mi padre era un ángel, tiene más lógica los espacios de su recámara - le solté la mano a Jerathel para abrir las llaves de agua. Tardaría en llenarse, pero tengo que quitar todas las vendas.
Baje la tapa del baño, Jerathel camino hasta este y se sentó. Todo el tiempo sus alas se fueron arrastrando, estaban caídas, como si no tuvieran la fuerza de levantarse.
Me puse en medio de sus piernas, comencé a quitar las vendas de los brazos. Leo le había cambiado las vendas tres veces. La segunda vez que las quito le suturo todas las heridas, dijo que así ayudaría a la lenta recuperación. Cuando termine con los brazos quite la venda del abdomen. Le quite la venda que le sostenía el brazo, él se lo sostuvo con el otro. Camine hacia su ala herida, cuando quite la venda note que las plumas de alrededor se estaban callendo, así como una línea amarilla sobre la herida... Se estaba infectando. Tendría que limpiar muy bien.
Camine con miedo hasta él... Ahora debía quitar la venda de su espalda. Comencé a hacerlo, lentamente, Jerathel se quejo, sabía que le dolía, la venda estaba apretada para poner el ala en su lugar. La venda comenzó a salir amarilla, el terror hizo que mis manos sudaran, estaba apunto de quitar por completo la venda. Cuando está descubrió la herida tuve que cerrar los ojos.
La piel desgarrada, aún al rojo vivo, líquido alrededor, fluidos que no se veían nada bien.
- quiero verla - hablo Jerathel, ni me había dado cuenta que se sostenía de mi cuerpo.
- no - dije apenas con voz, Jerathel pego su cabeza a mi abdomen.
- por favor... Quiero saber si hay alguna posibilidad - mis ojos seguían cerrados, no quería ver de nuevo.
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Jerathel
FantasyTu vida puede dar un cambio inesperado... Tus creencias pueden irse al caño en un pestañear. Todo puede cambiar en cuestión de segundos. Los buenos no son tan buenos, los malos no son tan malos. Esta es la historia de como callo el arcángel Jerathel...