14

20 3 2
                                    


✴️✴️✴️

El chico ayudo a Jerathel a levantarse y sacarlo, yo solo me ocupe de no estorbar. Llegaron hasta mi cama y dejo caer a Jerathel, este acomodo sus alas demostrandome una vez más lo enormes que eran, una se sus alas ocupaba la mitad de mi cama, Jerathel estaba en la otra mitad y su otra ala caía al suelo.

De verdad eran hermosas. Y aún no he tenido la oportunidad de tocarlas. Me acerque a pasó lento y abrí una caja de gasas, la llene de alcohol y comencé a limpiar su herida.

— ¿que te paso en la cara? — escuché al chico a mis espaldas.

— ayer, antes de que llegara Jerathel el demonio me lastimó un poco — hoy mi cara ya era un poco más morada que ayer y dolía como un carajo, la heridas ya eran de un color rojo muy oscuro y comenzaba a formarse costra. Espero no deje marca.

— ¿en serio eres tan inútil? — a los demonios les encanta ofenderme.

— ¡Rex! — hablo Jerathel regañándolo.

— yo solo decía — soltó en voz baja.

— ¿Te llamas Rex? — es algo peculiar.

— Azerex, pero este idiota me dice Rex — hablo algo molesto.

— tu nombre es muy feo — hablé riendo — digo seré una inútil pero al menos mi nombre no es tan feo — si nos vamos a llevar así al menos yo también quiero participar. Jerathel soltó una leve risa.

— me agradas Lailah — oh se sabe mi nombre, que sorpresa (nótese mi sarcasmo).

— tu igual Rex — es más fácil decir eso y suena menos mal.

— en mis fantasías no eras tan molesta — ¿Que mierda acaba de decir?

— ¿Disculpa? — deje de limpiar la herida y lo mire — ¿Fantasía?

— vamos hermosa es mi naturaleza.... Digamos que me gusta ser algo abierto sexualmente — cada vez entiendo menos.

— es un íncubo — hablo Jerathel, entonces recordé nuestra plática, es de esos demonios que van por la vida teniendo sexo con todos y matando.

— oh — solo lo solté por lo bajo, eso explica por qué es tan guapo.

— ¿por qué te fuiste? — me miro, se podía ver el cansancio en su mirada.

— ya no habían vendas ni gasas y conseguí un poco de suero, con eso estarás mejor — hablé terminando de limpiarlo. Le di una sonrisa y por alguna extraña razón quite si cabello nuevamente de su rostro y lo acaricie un poco. Me arrepenti y quite mi mano rápidamente.

— sabes que no debes salir si protección y ¿por qué él está aquí? ¿Qué o quién te atacó? — los recuerdos de el hombre tomándome de la cadera regresaron, asco.

— nadie, solo me lo encontré — solté en voz baja dejando de mirarlo a los ojos.

— ¿con que te gusta mentir? Me agradas más — hablo Rex, idiota, lo mire y este estaba sentado en mi escritorio viendo todo lo que estaba sobre este. — unos tipos querían hacer cosas muy sucias con ella, y no me mires así hermosa, se cuando alguien tiene deseos sexuales hacia alguien, es de mis olores favoritos, todas esas hormonas flotando por el aire — eso es realmente asqueroso.

— ¿Qué? — pronunció por lo bajo Jerathel.

— si Jerathel — hablo frustrado, como si ya lo hubiera dicho mil veces — unos tipos se la querían coger, follarsela, hacer el amor como quieras llamarlo, pero eso sí, no creo que a ella le hubiera gustado — eso solo me asqueo aun más. Me sentí mal, mareada de escuchar eso, de saber que si no fuera por él ahora estaría quien sabe dónde haciendo quien sabe que.

JerathelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora