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Toque un par de veces la puerta pero no hubo respuesta, me moví con impaciencia balanceando mi peso de un pie a otro. Se supone que Jerathel está aquí. Y cada vez me ponía más nerviosa al sentir demasiado tensa la cadena de mi pecho.

Un ruido a mis espaldas me hizo voltear con la esperanza de que a quien viera fuera a Jerathel, pero en su lugar vi a Leo.

— cielito ¿Que haces afuera? — se acercó a mi para saludarme.

— vine a visitar a Jerathel, pero no hay respuesta — Leo saco su llave y abrió la puerta, ambos íbamos a pasar pero antes de que diera un paso dentro de la casa Leo extendió su brazo y me detuvo.

— hay alguien más aquí... Alguien demasiado fuerte — mi cuerpo se tensó al escuchar eso. Pero de inmediato llegó a mí mente Jerathel, puede estar en peligro. Mi mano peso y en ese momento mi espada apareció, esquive a Leo y avancé directamente a las escaleras, cada segundo se sentía como horas.

Subí corriendo las escaleras, pero me detuve en el pasillo para llegar a la habitación de Jerathel, escuchaba una voz femenina decir algo extraño, algo en otro idioma. Camine a pasos lentos prestando atención en aquella voz qué se me hacía conocida. Por más que intentaba prestar atención no entendía, no podía.

Levanté mi espada cuando estuve enfrente de la puerta cerrada, bien, solo tengo que entrar y ver lo que está sucediendo, si es una discusión en otro idioma que me da miedo, o si lo están atacando... Bien no pasará nada Lailah... 1... 2... 3.

Abrí la puerta y di un paso al frente. Mi espada calló al instante. No había una mujer discutiendo, tampoco luchando contra él, era Tessa, en medio de sus piernas totalmente desnuda... Ellos estaban teniendo sexo. Me dieron ganas de vomitar.

Ella tenía su mano sobre la ala mala de Jerathel... Y su ala estaba totalmente funcional, levantada, no se veía si quiera un poco débil.

Mi garganta ardió, sentí como si la estuvieran desgarrando, mi respiración se agito como si hubiera corrido un maratón entero y maldita sea, mi estómago dolió tanto que estuve apunto de doblarme del dolo.

Mis piernas se movieron por si solas, me di la vuelta para salir lo más rápido posible, en cuanto di la vuelta choque con Leo que también miraba shokeado la escena. Lo esquive tenía que salir de ahí, tenía que ser todo esto un horrible sueño, no hay otra explicación, no hay ninguna más.

— Lailah — sentí como tomaban mi brazo, al darme la vuelta sentí como unos brazos me envolvían por completo, Leo no me soltó aún que yo luche por hacerlo. ¿Qué mierda está pasando?

— ¡LAILAH! — en cuanto escuché su voz mis piernas temblaron. Leo me soltó y se puso en medio de ambos.

— quédate ahí — hablo de inmediato Leo, Jerathel le hizo caso no se movió.

— ¿Por qué? — solté apenas un susurro perceptible, mis manos y no dudo que todo mi cuerpo estuviera temblando ¿Qué me pasa? ¿Por qué mi pecho está doliendo tanto? — ¿Te amenazó?¿Te hizo algo? — hablé rápidamente, mi voz apenas lograba salir de mi garganta cerrada por el nudo que dolía.

Estuvo apunto de contestarme cuando Tessa salió del cuarto sosteniendo su vestido rasgado para cubrir su cuerpo.

— no lo hice — una infinita rabia escalo por todo mi cuerpo al escuchar su voz.

— a ti no te pregunté — mi voz sonó más amenazadora que nunca.

— no voy a quedarme callada — mi cuerpo estaba sobrecalentandose, lo sentía en cada vena de mi cuerpo y supe que estaba calentando todo a mi alrededor cuando sentí la mano de Leo sobre mi brazo y después escuché como su piel se quemaba.

JerathelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora