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Abrí mis ojos con pesadez, apenas la luz golpeó mi rostro me queje, un punzada de dolor recorrió cada parte de mi cabeza, intente moverme pero un dolor en los huesos me detuvo.
Maldita sea.
Me moví un poco cuando choque con algo cálido que estaba en mi espalda. Cuando me di la vuelta vi la espalda de Jerathel, mi vista viajo por cada pequeña mancha, lunar y cicatriz que se encontraba ahí. Los músculos se marcaban, su cuerpo subía y bajaba tranquilamente por su respiración. Con mucho cuidado salí de la cama, vi mi ropa interior así que me la puse rápidamente así como una camisa de Jerathel.
Mi cuerpo protestaba con cada movimiento que daba, mis piernas y por alguna extraña razón mis costillas estaban adoloridas después de todo lo que sucedió anoche.
Después de entrar al baño a intentar revivir, salí. Jerathel seguía en la misma posición. Abrazaba con fuerza una almohada, su ceño estaba fruncido y sus labios levemente abiertos. Ni dormido relaja su gesto.
Por segundos sentí celos de la almohada así que camine de regreso a la cama. Con cuidado quite la almohada de sus brazos y me metí entre estos, justo en el lugar que estaba la almohada.
— ¿por qué diablos tienes ropa? — la ronca voz de Jerathel hizo que cerrara los ojos y apretara mis labios. Se escuchaba jodidamente sexy.
Me apresure a quitarme la camisa quedando solo en la delgada y transparente ropa interior. Volví a acomodarme en los brazos de Jerathel y no tarde en sentir como me abrazaba con fuerza. En cuanto sentí el calor de su cuerpo mis huesos dolieron menos.
Me quedé quieta disfrutando de la calidez de su cuerpo. Solo comencé a sentir mis párpados pesados, muy pesados.
Un hormigueo en la zona de mis costillas me despertó, deje los ojos cerrados disfrutando de como sus dedos se movían suavemente sobre mis costillas, sus dedos viajan desde la primer costilla hasta la zona baja de mi pecho. Cuando su mano apretó mi pecho solté un suave gemido. Quite su mano de esa zona, estaba demasiado cansada y adolorida, si seguía tocándome así no querré descansar y eso solo será peor en un rato.
— no es justo el que no me dejes disfrutar si quiera un rato de tu delicioso cuerpo — susurro en mi oído. Sonreí y volví a cerrar los ojos. No tenía muchas ganas de levantarme después de la desvelada y bebida de anoche.
— haz lo que quieras — solté en forma de quejido, quería dormir un poco más, aún me duele la cabeza.
— bien como usted deseé — sus manos viajaron a mi espada y desabrocharlo el sostén, sonreí un con los ojos cerrados.
Sentí como lo quitaba y después como sus dedos comenzaron a acariciar mi piel desnuda, solté un gemido cuando sentí como jugaba con mi pezón. Abrí un solo ojo para verlo, desfrutaba tanto ver su cara. Sus ojos estaban clavados en mi pecho, note como mordía su labio inferior.
Tome su rostro y lo gire un poco para besarlo. Quiero despertar así cada mañana de mi vida.
— ¡Lailah! — en cuanto escuché el grito del otro lado de mi puerta di un brinco — ¡baja ahora mismo! — era mi hermano y estaba furioso, muy furioso.
De un brinco me puse de pie, me puse una sudadera y unos pantalones, abrí la puerta y baje corriendo, no lo quería hacer enojar más.
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Jerathel
FantasyTu vida puede dar un cambio inesperado... Tus creencias pueden irse al caño en un pestañear. Todo puede cambiar en cuestión de segundos. Los buenos no son tan buenos, los malos no son tan malos. Esta es la historia de como callo el arcángel Jerathel...