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El tiempo pasaba y la escuela me estaba ahogando poco a poco, todas las faltas que he tenido a lo largo del año están comenzando a tomar factura, los finales están cerca y temo reprobar alguna materia que me haga quedarme otro año más en la prepa.

Tengo decidido que tomare un año de descanso antes de entrar a la universidad, al menos hasta que las cosas se calmen un poco y los demonios se olviden de mi existencia.

Mientras tanto yo sigo entrenando, sigo fortaleciendome día a día. No volveré a ser inútil, eso era lo que se repetía en mi cabeza una y otra vez.

Escuché el silbido, después el golpe y vi como la manzana explotaba en mil pedazos.

— ¡¿Cómo mierda no se me había ocurrido esto antes?! ¡Eres la puta Katniss Everdeen! ¡No, eres mejor! — hablo eufórico Leo recogiendo la flecha que acababa de caer — ahora lanzaré dos con 3 segundos de diferencia — hablo emocionado.

Después de la primer lección de arco decidí que quería practicar más seguido, note que no soy tan mala. Llevaba semanas entrenando con el arco y cada vez me es más fácil manejarlo.

Acomode la flecha y le di la señal a Leo, lanzó al aire la manzana. Tense la cuerda y calculé por dónde caería, en cuanto dispare tome lo más rápido que pude otra flecha. Rápidamente encontré la segunda manzana callendo, repetí el movimiento.

Leo brinco emocionado cundo vio que habia acertado a las dos manzanas.

— ¡Viste eso! — se giro Leo, me di la vuelta y vi a Jerathel con una sonrisa en el rostro. Llevaba un rato con nosotros. Lleva una semana entrenando con nosotros para poder volver a volar, aún no lo logra pero estoy segura que podrá.

— quien diría que tenías otro talento oculto — comenzó a acercarse, pasó su mano por mi hombro y me pego a su cuerpo.

— soy una pequeña caja de sorpresas — hablé riendo.

— eso es verdad, sin duda alguna — hablo animado Leo — ¿Quieres un combate? — volvio a mirarme, note como en su mano ya estaba su espada. Un segundo después apareció la mía.

— ¿En serio me preguntas si quiero patearte el trasero? — hablé con emoción. Leo soltó una risa.

— ya veremos eso — Jerathel dio un paso atrás alejándose de nosotros, jugué un poco con la espada antes de sostenerla con las dos manos. Últimamente me sentía llena de energía, mucho más fuerte y hábil, no entendía por qué pero se sentía increíble.

El primero en atacar fue Leo, esquive con facilidad el golpe, nuestras espadas comenzaron una danza llena de fuerza. Sentí esa deliciosa energía fluir por mis brazos, lo que alguna vez me incómodo ahora me hacía sentir poderosa.

Las luchas que en algún momento duraban un par de minutos ahora lograban durar tanto como yo quisiera. Tanto como mi cuerpo lo soportara y ahora era mucho más.

Lailah”

Escuché un suave susurro llamándome. Mi vista viajo hasta el interior de la casa, lo primero que se cruzó en mi vista fue una foto, una donde estamos mi hermano y yo, mis ojos se clavaron en mi hermano.

JerathelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora