Jerathel

37

Si ustedes permanecen unidos conmigo, y mis Palabras con ustedes, entonces pidan lo que quieran, y será hecho para ustedes.
[Juan 15:7]

✴️✴️✴️

— ¡¿Por qué lo permitiste?! — grite al cielo, grite a mi padre para que me escuchará.

— tu más que nadie sabe cómo funcionan las cosas, hijo mío — de nuevo el estruendo de su voz.

— en realidad ya no... Deje de entender todo el día que caí — senti que mis ojos se llenaban de lágrimas — tu eres a quién más amo, al que más temo, te lo demostré y aún así tú me abandonaste — grandes gotas comenzaron a caer empapandome en segundos, sabía que era Él tocandome.

— soy quien soy y sabes que soy perfecto — suspiré, mis ojos estaban perdidos en el cielo que se iluminaba con rayos.

— también se que tú sabías que esto sucedería, también se que tú sabías cuánto iba a sufrir y cuánto daño le iban a hacer ¿Por qué lo permitiste? ¿Por qué no me advertiste? ¿Por qué no me contestaste antes? — el agua cada vez era más abundante.

— era algo que debía suceder — me enoje, tengo que admitirlo, me enoje demasiado.

— ¿Debía suceder? ¿Tenías que dejar que la torturaran? ¿Que la lastimaran así? — quería desquitarme con alguien, con algo, pero no tenía con qué — ¿En qué momento me dejaste de amar? De verdad cada noche me pregunté que fue lo que hice mal, en que falle, si realmente merecía esto... Contéstame por favor — sabía que si no hubiera caído no la hubiera conocido, y probablemente no estaría en esta situación.

— si no hubiera sucedido, no hubieras formado ese vínculo — mi corazón latió con fuerza, incluso sentí como si se quisiera salir de mi pecho. Pero supe que no fue solo por la respuesta si no por que Lailah había despertado, estaba asustada.

— ¿Si no hubiera sucedido que? ¿De verdad debieron lastimarla así para formar esto? — toque mi pecho por qué justo ahí lo sentía — ¡¿en serio lo creíste necesario?! — seguía sin entenderlo — no he entendido como actúas.

— no necesito que lo hagas, no necesito que lo entiendas ahora, soy un dios de tiempo, soy un dios perfecto, yo ya se lo que traerá ese vínculo aún que tu no — comencé a ver cómo las nubes comenzaban a desaparecer.

—¡No! ¡No me dejes! — iba a volar, iba a subir lo más alto que pudiera, de verdad quería intentarlo pero escuché su voz.

— ¿Jerathel? — me di la vuelta, ella estaba en la entrada de la casa, pude ver las lágrimas sobre sus mejillas y como se abrazaba.

Camine hasta ella y pare enfrente suyo. Yo estaba empapado y frio, no quería tocarla.

— ¿Qué haces despierta? — estábamos tan cerca pero me sentía tan lejano, como si hubiera una barrera invisible separandonos.

— la tormenta me despertó — me sentí culpable... Aún más de lo que ya me sentía.

— lo lamento — hablé en voz baja. Ambos nos quedamos callados, no sabía que decirle, no sabía por qué disculparme, no sabía cómo actuar, jamás creí que los humanos fueran tan difíciles de descifrar.