Jerathel

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Dejé de respirar cuando vi mi nombre abajo de una foto mía de cuando era pequeña.

Comencé a pasar las ojas pero todas estaban en blanco, todas menos la última.

“aun que no ha demostrado habilidades estoy seguro de que lo hará, me ha contado sus sueños y todos se han cumplido. Mi pequeña de ojos verdes lograra grandes cosas, así que si en este punto de mi vida me preguntarán qué cambiaría, no cambiaría nada, por una traición caí, pero decidí continuar como humano y ha sido la mejor decisión que he tomado, jamás regresaré a mi hogar... Pero ya no lo necesito por qué yo mismo he creado el mío.”

Mis ojos se llenaron de lágrimas, pero no solté ni una sola, de inmediato tome mi celular y escribí su nombre.

Mi padre era un arcángel... Todas las veces que Jerathel me preguntó por él llegaron a mi mente.

— Leo — hablé apenas con voz — necesito a Jerathel — mi voz temblaba, necesitaba respuestas pero no sabía cómo digerir la idea. Mi padre como un arcángel y después como un caído... ¿Pero como?

— Jerathel tenía que ver a Azrael — cerré la carpeta y la guarde en su lugar.

— ¿sabes de Sariel? — tal vez Leo me pueda contestar algo.

— no mucho, solo se que calló y comenzó la metamorfosis para convertirse en un humano, es tan dolorosa, muy pocos lo logran, más de la mitad de los que lo intento terminaron muertos, los otros pocos se rindieron.

— ¿por qué calló? — hablé rápidamente.

— no lo sé, no es como que me importe mucho — levantó sus hombros.

— ¿Un angel caído puede tener hijos? — esto, todo esto siempre fue más complicado de lo que jamás creí.

— si, pero normalmente las madres mueren ya que los hijos de los caídos son gigantes, o abominaciones... Además de que los arcángeles se encargan de matar a todos los hijos de los caídos. Pero no te preocupes ya no existen los caídos, los que habían murieron o se convirtieron en demonios y unos cuantos en humanos.... ¿Por qué preguntas todo esto? — me senté sobre la cama aún sin creer nada.

— por qué mi padre era Sariel — solté en un susurro.

— ¿Que? ¿Hablas en serio? — mire a Leo, su cara no expresaba mucho.

— si... Lo digo de verdad — abrió sus ojos con sorpresa y soltó un suspiro.

— no se por que me sorprendo tanto, eso podría explicar todo lo que puedes hacer y por qué tienes un aura extraña — solté un suspiro.

— creo que necesito un poco de alcohol — solté con pesadez.  Demasiada información.

— jamás creí que pudieras tener ideas tan buenas — ambos bajamos y busque en el despacho de mi hermano alguna botella.

Bingo, una botella de vodka, él lo odia, la tiene solo por qué fue un regalo... Creo que cuando la termine la puedo rellenar con agua y no se dará cuénta.

Abrí la botella y me prepare un trago.

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Leo soltó una fuerte carcajada. Yo lo segui.