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Después de mi primer clase con cuchillo me sentí increíble, ya no era tan mala y ya me podía defender yo sola, al menos ya no soy tan indefensa.

Leo se fue hace rato y yo ahora estaba en mi cuarto terminando mi tarea. Con o sin demonios que me quieran matar debo pasar el año.

Mire el reloj y ya eran las doce de la noche, por suerte mañana es sábado. Me levanto para poder tomar un baño.

Entro a mi baño y me desvisto completamente, me miro en el espejo unos segundos, bien Leo podrá ser un idiota que me pone a correr solo por qué hice algo mal pero joder, está funcionando increíble. Era delgada pero ahora mi abdomen se marca un poco, mis piernas agarraron más forma y se ven mejor que nunca.

Cuando el agua está caliente me meto a la regadera. Se siente tan bien el agua caliente relajando mis músculos después tanto ejercicio. Comienzo a bañarme tranquila cuando de la nada escuchó un ruido en mi cuarto.

— ¿¿Uriel?? — grito pues tal vez ya llegó mi hermano. No recibí respuesta por lo que comencé a ponerme nerviosa ¿Y si entro alguien a la casa?

Quite el jabón de mi cuerpo rápidamente y cerré la llave. Aún empapada me puse mi sostén deportivo mi ropa interior y los pants. Mire a mi alrededor para buscar algo que me pueda servir en caso de que sea algo que me quiere hacer daño.

Veo el tubo donde cuelga la toalla para secarse las manos y lo saco. Creo que puede servir. Abrí la puerta de mi baño lentamente y me asome no se veía nada. Salí completamente de mi baño y lo vi.

— ¡JODER! !Jerathel! — solté un grito. — ¡deja de entrar así a mi cuarto! — solté el tubo y pase mis manos por mi cabello que aún escurría.

Jerathel estába parado en la ventana viendo hacia afuera. Se dio la vuelta y me miró lentamente de pies a cabeza. Recordé que estaba en sostén por lo que me puse un poco incómoda pero no me moví.

Él llevaba unos vaqueros negros como siempre, y una camiseta de tirantes blanca que se le pegaba al torso. Al parecer es la única prenda que puede traer con las alas afuera.

— ¿ya vas a dejar de ignorarme? — hablé mirándolo mal.

— no te estaba ignorando — uy si y yo no soy una distraída.

— claro que sí, literalmente es la primera vez que hablamos después de un mes — cruce los brazos y lo mire enojada. Él dio un par de pasós al frente quedando a unos cuantos centimientos separado de mi. Cuando está tan cerca su altura es más notable.

— creí que ya no querrías saber nada de mi — soltó bajo, pude ver cómo unos segundos bajo su mirada a mi pecho y después la regreso a mis ojos.

— ¿Y eso por que? — pregunté confundida. Sentía como gotas de agua escurrían por toda mi cara, pecho y espalda. Es que literalmente salí sin secarme.

— por qué ya sabes lo que soy en realidad — solté una pequeña risa, debía ser una broma, pero cuando mire su cara entendí que no lo era.

— ¿que? Jerathel no me importa, soy amiga de Leo y el es un íncubo o demonio o lo que sea... ¿Por qué debería de cambiar por saber que no eres un ángel? — el frunció su ceño.

JerathelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora