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Mis manos comenzaron a temblar por si solas, el calor al que ya estaba acostumbrada desapareció, en su lugar un fuego infernal me envolvió pero a diferencia de la primera vez que sentí el fuego no me queme.

Muerete, muérete, te odio, te odio con toda mi alma”

De inmediato gire de nuevo mi vista a Eris ¿Porque podía escucharla si no veia que hablara?
Una fuerte punzada en la cabeza me hizo retorcerme de dolor, de inmediato sentí unas manos sosteniendome. Leo apenas podía moverse, su rostro tenia dos manchas gigantescas de sangre que iba desde su frente hasta gotear en el suelo. Mire hacia arriba y vi sus cuernos... Eran iguales a los de Él.

Ah, mira que seres tan divinos — de nuevo aquella voz.

— ¿Por qué hizo eso? — la voz de Alik se escuchó a lo alto. Ni siquiera me di cuenta de cuando sucedió, de cuando se movió, solo sentí una brisa y cuando gire la cabeza una vez más pude ver cómo el padre de Leo tenía agarrado del cuello a Alik, lo levantaba como si pesará apenas unos cuantos gramos.

— yo sabré lo que hago y una escoria como tú no debe cuestionarme — su voz, maldita sea  era un estruendo tan horroroso que me dieron ganas de salir corriendo — ¿Entendiste?— Alik apenas pudo decir que si —  Azarex es mi único hijo de sangre y si se me da la gana te puedo matar y dejarlo en tu puesto — juraría que estaba apunto de romperle el cuello. Entonces a lo lejos se escuchó un sonido que me erizó la piel. Mis sentidos aún aturdido por las emociones y por la voz de Eris que aún no paraba por fin se agudizaron.

Era un shofar, el mismo que sonó el día que me secuestraron, el mismo que Jerathel me explico que era el llamado al ejército de dios. Él comienzo del apocalipsis. En cuestión de segundos el cielo se nublo y la temperatura bajo tanto que comencé a ver mis exhalaciónes como humo blanco.

— oh... Esa es mi señal para irme — soltó a Alik — un placer conocerte Lailah, mi niño, espero pronto regreses a mi y si no intenta no hacerme enojar — de nuevo esa diabólica sonrisa estuvo apunto de irse cuando Alik lo detuvo — oh es verdad, me pediste ayuda — aquel ser tan diabólico comenzó a sacar sombras de sus manos que segundos después se arremolinaron sobre Alik. Leo me apretó del brazo — suerte chicos, espero no mueran — y con eso desapareció.

Entonces las sobras desaparecieron y ahí estaba el demonio que nos atacó, el demonio que estuvo apunto de matar a Jerathel.

— se fusionaron — soltó en un susurro Leo — por eso venció a Jerathel — hablaba para si mismo pero entendí todo. Ese día nos enfrentamos a dos demonios fusionados y no solo dos demonios, nos enfrentamos al mismo Lucifer y Alik fusionados.

— Eris — Alik hablo y de inmediato ella lo miro — ¿La mato? — “si”.

si — mis manos se hicieron puños — hazla sufrir, haz que se arrepienta de haber si quiera nacido — la ira golpeó aún más fuerte mi pecho.

“Matala, usame, usame Lailah, matala y convierteme totalmente tuyo”

De nuevo esa voz que siempre estuvo pero que no es mía.

Mis sentidos se alarmaron al sentir algo de tras pero no fui la primera en sentirlo ni la más rápida. La mano de Leo se había convertido en una daga negra y mortalmente afilada... Y está estaba en el cuello de Azrael, el angel de la muerte.

— Despertaste por fin Lailah — sus ojos azules brillaban tan intensamente — ya se que es lo que nos une — se veía tan extasiado que ignoraba totalmente al demonio a nuestras espaldas que sonreía — el don de tu padre no murió con él, ese no es tu don, es el de mi hermano, es el mío, tu padre, tu y yo somos uno mismo — Leo bajo la daga y Azrael miro a Alik — así que no te voy a dejar morir.

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⏰ Última actualización: May 30 ⏰

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