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Quedé un poco sorprendida al escuchar esas palabras, ya que nadie me había preguntado después de todo esto si estaba bien, no pude evitar sentir como mis ojos se cristalizaban rápidamente, y como se formaba el nudo en mi garganta.



—N-No... N-No lo e-estoy... –Respondí con algo de dificultad–.



Un pequeño sollozo se escapo de mis labios, si que llevé una de mis manos contra la boca para tratar de controlarme, aunque sentí como Rumi se levantó de la cama para arrodillarse al frente de mi y agarrar mi otra mano suavemente.


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Zumi... –Susurró mientras acariciaba mi mano. Levante un poco mi vista, aunque las lágrimas comenzaron a deslizarse por mi mejillas rápidamente– Esta bien, no sentirse bien... Mucho más después de esto, por culpa de ello ahora vives con miedo... Y es comprensible que te sientas así, nadie puede pedirte que te olvides de lo que sucedió de la noche a la mañana, porque es imposible... –Llevó su mano hacía una de mis mejillas para secar un poco las lágrimas. Se me escapo otro pequeño sollozo–.


—Q-Quiero a-a mi mamá... Q-Quiero que Keigo e-esté aquí... –Dije con un nudo en la garganta mientras las lágrimas seguían deslizándose por mis mejillas–.


—Lo sé... –Respondió ella suavemente acariciando mi mano–.


—Mi hermano n-no quiere verme, y-y lo necesito... M-Mi padre sabe que tuve un accidente y-y ni si quiera m-me a llamado para saber si e-estoy v-viva... –Pase una de mis manos por una de mis mejillas, secando un poco las lágrimas aunque igual se me escapaban algunos sollozos– M-Me s-siento sola, y t-tengo miedo todo el tiempo... N-No me gusta sentirme así... –Sentí como esa presión en el pecho se aumentaba aun más– N-No me gusta sentir que alguien p-puede venir a m-matarme en cualquier momento... Q-Quiero d-dejar de sentirme así... Quiero dejar de s-sentirme s-sola...


—Mi niña, tú no estás sola –Agarró ambas manos para apretarlas suavemente– Quizás ahora no sientas eso, pero siempre va a ver alguien apoyándote... Si no es Keigo, será Izuku, o yo, también alguien más, pero siempre va a haber alguien velando por ti... Y nadie va a venir aquí a lastimarte...


—C-Creo que ya no quiero estar aquí... Estoy muy c-cansada, cansada de las peleas, d-de lo que opina el resto de mi, de que m-mi hermano no me hable... E-Estoy muy cansada de todo, Rumi... –Dije con algo de dificultad sintiendo como las ganas de llorar aumentaban–.



Rumi solo se quedó acariciando mis manos, haciéndome compañía y dándome a entender que podía llorar si eso era lo que necesitaba. Y aunque no lo demostrará, también parecía estar bastante preocupada de verme así.

𝑨𝒊 𝑺𝒉𝒊𝒕𝒆𝒓𝒖 •𝙿𝙰𝚁𝚃𝙴 𝙳𝙾𝚂• | 𝘛𝘰𝘥𝘰𝘳𝘰𝘬𝘪 𝘚𝘩𝘰𝘵𝘰 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora