—¿Qué? No –Me senté sobre la cama. Él me quedó mirando atenta– Tu hermana te debe estar esperando, tienes que ir.
—Nos está esperando –Me corrió y se tendió boca arriba– A ambos, no solo a mi –Saco su celular del bolsillo y me mostro el chat que tenía con Fuyumi– ¿Ves?
—Allí te está preguntando a ti, si puedes ir a la cena –Dije ladeando un poco mi cabeza para poder mirarlo y levante mis cejas– Estoy segura de que si voy, no habrá un plato puesto para mi.
—¿Quieres apostar? –Embozó una sonrisa–.
—Esta bien, una caja repleta de dulces, de todos los sabores, colores y tamaños –Dije segura y con una gran sonrisa. Estaba segura de que yo tenía razón– ¿Tú?
—Tengo muchas ideas en mente, así que lo decidiré luego –Se sentó sobre la cama y dejó un corto beso sobre mis labios– Vístete.
—Espera, para asegurarme de que no hagas trampa, ¿Puedo guardar tu celular?
—Si tu también me pasas el tuyo.
—Me parece justo –Dije con una sonrisa–.
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Alcancé mi celular que estaba sobre el respaldo de la cama y se lo extendí, él hizo lo mismo para guardarlo nuevamente en el bolsillo de su pantalón y acomodarse sobre mi cama, aunque yo me levanté para poder guardar el celular en mi bolso y cambiarme de ropa, ya que estaba en pijama.
—¿Debo vestirme formal? –Volteé a verlo mientras hacía una pequeña mueca. Él llevaba puesto una camisa y tenía desabotonado los primeros dos botones– ¿O puedo ir en pijama? –Embocé una sonrisa–.
—Si tú quieres, y te sientes cómoda así, no tengo ningún problema –Me quedó mirando con una sonrisa mientras se acomodaba un poco y abrazo una de mis almohadas–.
—No creo que sea buena idea... –Volteé hacía mi armario para buscar que ponerme, pero la verdad es que no sabía que–.
—Lo que te pongas, te quedará bien y te verás hermosa –Habló detrás de mi. No pude evitar sonreír y que mis mejillas se sonrojaran un poco– Así que no te agobies tanto en pesar que ponerte, ¿Si, amor?
