—Creo que no fue por eso, o quizás también, no lo sé... –Susurré aferrándome con más fuerza su ropa, pero él entrelazo una de nuestras manos–.
—¿Acaso paso algo más? –Movió suavemente mis dedos para que no me tensará de nuevo–.
—No lo sé, pero cuando estaba en los vestidores, las chicas parecían estar muy molestas, y eso me hizo sentir muy incómoda, porque no sabía el porqué... –Susurré apoyando mi cabeza sobre su pecho–.
—¿Uraraka-san y Ashido-san? –Preguntó un poco confundido mientras me miraba. Negué suavemente–.
—No, las demás... Y cuando entre, me quedaron mirando, como si fuera un bicho raro... –Cerré mis ojos mientras hacía una pequeña mueca– Quizás solo estaban viendo las heridas, y me estoy pasando cuentos ridículos.
—¿Te dijeron algo? –Preguntó, pero esta vez el tono de su voz era algo más serio. Negué– Solo no les hagas caso, ¿Bien?
—Bien... –Susurré no muy convencida, ya que no era ninguna respuesta para mi– Nunca llegó mi algo para beber... –Pude escuchar como soltó una pequeña risa. Así que abrí los ojos–.
—Vamos a buscarla, ¿Te parece? –Se separo un poco de mi para poder mirarme. Asentí–.
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—Aunque... –Dije aferrándome nuevamente a su ropa antes de que nos levantáramos. Así que dejó sus manos en mi cintura– Mejor no vayamos, sino me van a quedar mirando, y no quiero eso... –Susurré un poco avergonzada. Aunque él dejó un beso sobre mi frente–.
—Tranquila, de seguro Kacchan ya les ordenó que ni te miren cuando entres al aula, –Dijo con una sonrisa– Pero si no quieres, está bien –Solté el aire que tenía retenido y asentí– ¿Ibas a ir donde Recovery Girl?
—Si, quería que vea si puedo sacarme los algodones y para saber si mis oídos están en orden –Respondí mirándolo–.
—Vamos, así te servirá para distraerte –Soltó mi cintura para que me levantará del suelo. Así que en cuento lo hice, le ayude a levantarse– Le enviaré un mensaje a Todoroki, ¿Si? –Preguntó mientras escribía en su celular. Asentí–.
En cuanto envió el mensaje, salimos del pasillo para caminar hacía la enfermería, pero yo lo abracé, ya que así me sentía más segura y tranquila, y eso Izuku lo sabía muy bien, porque inmediatamente comenzó a acariciar mi cabeza.
