—Kazumi, Kazumi... –Escuchaba una voz algo alejada, pero me costaba un como relacionarla– ¡Oe!
—¡Estoy despierta! –Grité despertándome de golpe al escuchar el grito de Bakugo. Me estaba mirando de brazos cruzados–.
—Creo que deberíamos terminar por hoy, te ves muy exhausta –Frunció suavemente su ceño, pero en forma de preocupación– No es bueno que entrenes sin parar, solo te enfermaras.
—N-No... –Respondí tratando de mantenerme despierta, aunque me estaba costando mucho– Aun puedo entrenar, lo juro... –Apreté un poco mis puños mientras los levantaba– Solo una hora más, por favor, Katsuki...
—Tus ojeras se notan a kilómetros, y estás que caes aquí mismo –Llevó la vista a su celular– Van a ser las ocho de la tarde y está atardeciendo, estuviste entrenando por tres horas, y eso es suficiente... Y lo hiciste muy bien, lograste avanzar un poco –Llevó su vista nuevamente hacía mi. Baje lentamente mis manos, sintiéndome aun más exhausta– Ve, toma una ducha y duerme, también deberías tratar de comer algo, necesitas recuperar tus energías, o sino te sentirás débil.
—Pero... –Tallé suavemente uno de mis ojos mientras los cerraba, aunque eso me mareo un poco– Tengo que esperar a que Todoroki llegué, y no sé dónde está Izuku...
—¿Para qué? –Preguntó. Abrí nuevamente uno de mis ojos– Estás muy cansada para esperar a los idiotas, solo mírate –Se acercó hacía mi, aun de brazos cruzados y esta vez, estaba hablando más serio– Yo les diré que estás durmiendo, porque entrenaste todo el día, si que deja de preocuparte por eso, y ve a tu habitación.
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—Si, pero necesito hablar con ellos sob- –No alcance a terminar, ya que bostece suavemente mientras llevaba una de mis manos contra mi boca–.
—¿Sobre la basura de padre que tienes? –Preguntó. Abrí nuevamente los ojos y los quede mirando por un par de segundos, pero termine por asentir– Yo lo hago, les contaré al bastardo mitad-mitad lo que sucedió, y también al idiota de Deku, así te quedarás más tranquila y podrás dormir.
—No les digas así... –Fruncí levemente mi ceño mientras acariciaba suavemente uno de mis brazos. Soltó un pesado suspiro–.
—Al mitad-mitad, y a Deku... –Dijo claramente fastidiando– Ahora vete, porque yo no te llevaré a tu habitación si te desmayas aquí.
